viernes, 26 de diciembre de 2008

Sobrevuelos infernoparadisíacos: Los Sea Harrier, Diego Maquieira








1.


DESPUÉS DE HABER DEJADO ATRÁS EL PORVENIR




Baroque Behavior

Creo que todo el firmamento de eclipses
se convertirá en un Greco en llamas
para nosotros. ¿No lo crees así, Ratz?
La centuria balbucea el fin de la lengua
ya pasó el tiempo para las epicúreos
y hedonistas, para esos vagos y ladrones
y debemos hacer que desaparezcan
Ratz, yo sé dónde están los Harrier, sabe
se lo diré cuando esté revolcándose en el mar
serán las últimas palabras que escuchará,
no le va a ser tan Bona Palona como antes.
Estoy buscando un rastro para dar como
un infierno con ellos y hacerlos bolsa.
Ratz, nosotros no deberíamos estar
haciéndonos esto unos a otros. Ya no
quedamos muchos muñecos culeados
en las radas de estos puertos. Y le advenimiento:
los demiurgos van a venir a consolarnos
van a venir con su infinita belleza.
Ya basta pedazo. Voy a decírselo así
de una vez y no quiero repetirlo.
El trilenio comienza y vamos a poner orden
vamos a acabar con los que siguen invisibles
pero los Harrier no lo ven de ese modo.
Tal vez ellos se crean mejores.
no puedo juzgarlos
pero no quiero que me explique nada
ni quiero que me diga nada sobre los Harrier
ni de nadie de mi Condado.

Págs. 11-12





Rapsodia a la posma milenarista


Después de la matanza post juicio final
Arriba de nuestros Harrier
De la recepción a las posma milenarista
Y del colapso de las religiones
Me había metido a nuestro ayuno en el mar
A nuestra larga iniciación con los Demiurgos
Que nos sacaban de la cueva del mono caído
Y nos llevaban en brazos hacia la luz.


Pág. 13





II En un cielo con dos mil años de vacío



Ya los Harrier fuera de pantalla
en un cielo con dos mil años de vació,
parados esperando la consagración de las utopías
con nuestros abrigos de astracán puestos
y nuestros gorros de Rembrandt
recibí la venidad a ver de un olvidado amor
La sor clona Cósima que me zampó su belleza
y que ahora venía a incendiarme mi Harrier
acusándome de besar a Judas Iscariote
abandonado a su muerte por el Mesías,
de hacer cundir el desaliento en la florería
y de pasarme al bautizo de Gaetano Stampa
La dejé ir imaginándomela como un polvo perdido
sobre mi asiento descapotado, aunque sabía
que el tocarla haría reventar la cabina
y que el amor podría significar la muerte
arruinando el sueño de la guerra infinita.
Pero como un inflado émulo de Garcilaso
apenas un momento antes de sucumbir
me sobrepuse y le recité conmovido a sus ojos:
Estoy continuo en lágrimas bañado
Rompiendo el aire siempre con suspiros;
Y más me duele nunca osar deciros
que he llegado por vos a tal estado
que viéndome donde estoy y lo que he andado
por el camino estrecho de seguiros,
si me quiero tornar para huiros.
Desmayo viendo atrás lo que he dejado;
si a subir pruebo en la difícil cumbre,
a cada paso espántame en la vía
ejemplos tristes de los que han caído.
Y sobre todo, fáltame la lumbre
de la esperanza, con que andar solía
por la oscura región de vuestro olvido.


Págs. 15-16





V El Purpurado de Charol



No parábamos nuestra alegría de bacanal,
nuestro delirante cortejo de matanzas
y desórdenes continuos
allá abajo en el hoyo del mundo
Veníamos saliendo del Les Assassins
del restaurant Les Assassins en Chile
muy curados, curados como frambuesas,
veníamos los Giorgio Armani,los Gianni Versace
y los también Gianfranco Feltrinelli,
ya de regreso a subirnos a los Harrier
parados afuera frente a La Merced
cuando nos topamos con la abadía falsaría
Demonios,
demonios, pero si es Georgie Boy otra vez
trayendo a sus fiambres devotos del Ayuntamiento.
No sé qué infinita mala raja
lo traería hasta nosotros
pero fue preciso verlo paseándose de noche
con su sotana que parecía el acantilado.



Pág. 21





Coitus gótico


En un Harrier de la flota invisible
en el 2029 sobre el desierto de Nazca
yéndonos en llamas de estos cielos
descontinuados como mandas
a merced del infinito infierno
reparábamos la nave alucinante
sujetándola en el aire
con un encordado de balcones
y volvíamos los mamas a subirla
al cielo obnubilado.
Mientras nuestras esposas
aullando en poses de suplicación
ante los falos de los resistentes
y heridos aún vivos que íbamos quedando
haciéndole tener un desagrado a la muerte.
Nueve años más tarde, cuando bajamos
por las escalerillas del Harrier
a esperar que se nos revelara algo
parecíamos resolana.


Pág. 24





La primera cruzada



Durante el ataque de represalia milenarista
la primera cruzada de terror
que nos caía del cielo era como un témpano,
nos polvéabamos a un enjambre de clonas,
de a varias adentro de los Harrier
orgíandonos en la cubierta de mármol;
porque nuestro portaviones Cittá Felice
era como la planta de una catedral
de mil yardas que recordaba la Vía Flaminia.
De veras los aguardábamos muy bebidos
dándonos baños calientes enfriados con nieve
y chupando de una tina de uvas rosadas.
Cuando ma mientras los cazas Phantom de Ratzi
nos lanzaban sus cabezas de combate aéreo
con sus espoletas de proximidad de impacto
más hoscas que un anillo de ocho diodos luz
y a tan delirantes distancias del mar
que ni veíamos de dónde venía la muerte.
Era una alegría vernos las caras choqueadas
la cubierta era un coliseo de sangre
y sólo contábamos los vivos, los Balthus
y los que aún gozaban en el fasto de la belleza.
Porque nunca pasó por el mar una muerte
que se celebrara como la de Gaetano Stampa:
nuestro santo en responso al misil daño
que le atravesó le pecho mientras besaba
a su clona Pácula en medio del portaviones,
regocijado se metió la mano aún vivo
y les zampó a saco de vuelta el corazón.
Nunca hubo tan grande desdén en una matanza
ni a los aliados hunos se les sopló por radar
que les íbamos a subir el mar a los Phantom
hasta ahogarlos en el firmamento,
porque el mar empezó a subir hasta el cielo
donde las alas no les servían ni de remos.



Págs. 29-30






2.


LA BELLEZA QUE DESCONOCÍAN LAS LENGUAS





Habíamos dado más de mil órbitas



Habíamos dado más de mil órbitas
sobre el mar sin haber jamás arribado
a ningún cabrón puerto
Coritani nos traía por mar perdidos
algún tiempo
para después dormirse
y dejarnos otra vez perdidos.
No quedaba un solo Harrier a bordo
y las cargas de armamentos y alcohol
arrojadas al mar por unas rocas
que eran como olas varadas
Ma Coritani hacía detener el viento
para salir a guerrear a cubierta
pero amodorrados por el rocío y el sueño
veía nubes que se hundían en el mar.
Entonces alucinó hundir el portaviones
hasta la mitad, hasta dejar flotando
sólo las gigantescas velas en cubierta
para que parecieran unas dunas de mármol
levantando una capilla.
Mientras el arsenal de agua debajo del casco
y el mar rodeando por todos lados a la vez
hacía estremecer de gozo
a los rapsodas druidas
porque Patresca Ossavinci de una belleza
que mandaba a irse de lado al cielo
iba levantando el mármol y lo socavaba
con su cuerpo hurgándole un hombre
la ternura despiadad de un hombre
y con sus ojos hurgándole un faro.



Págs. 35-36





Ars vitae



Teníamos fuerte afición al vino
le rendíamos culto a los racimos de uva
y éramos arrogantes, crédulos
pendencieros.
Preferíamos la muerte
a perder la libertad
y llévabamos la alegría del amor
hasta las puertas del infierno
hasta desafiar a la misma muerte
desnudándonos en pleno combate
o agrandándonos las heridas recibidas.
Y si veíamos en peligro la vida
de nuestras mujeres y la nuestra
nos dábamos muerte por gusto continuo.
Y éramos tan arrebatados en la guerra
que jamás actuábamos de acuerdo a un plan.
No conocíamos ni la humildad
ni la caridad, ni la abnegación
ni la dulzura.
Éramos serios y semifabulosos
y adorábamos a nuestras esposas
que adoraban el falo y el oro.



Pág. 37





Dejamos caer el mar


Volábamos con el mar arriba de los Harrier
volábamos a devolvérselo al desierto
después de dos milenios de sed
y de alucinaciones de pesadilla:
Demonio tentando Jesús con infierno
Jesús tentando Demonio con paraíso.
Ma sacábamos el mar atado como un estruendo
y lo subimos en hamacas a los Harrier
Veníamos muy cargados haciendo mandas.
Joder
íbamos con Fitzcarraldo amarrado a los flaperones
con Debernardis de capellán de la flotilla
y con Lupo chupando atrás en los asientos
a cargo del primer amanecer en el cielo
íbamos como moiseses congojosos
infinitamente descobijados de dulzura.
Así de pesados íbamos subiendo el agua
hasta que soltamos el mar sobre el desierto
y les nublamos la bola a los aladinos
milenaristas que querían otra vez
abrimos el mar y secarnos adentro.



Pág. 41





Gazza Ladra


Empujados por el amor
aunque el amor nos estaba vedado
desnudábamos a las esposas de Coritani
y las sacábamos a pasear en brazos
para bañarlas con la sal de nuestras bocas
para hacerlas felices.
Así íbamos y de íbamos como cortejo de vasijas
y por un tiempo no le dábamos un coito.
Sólo les leíamos a Fourier y a Richelieu
cuando querían
y les hicimos construir una tina con balcones
para que apoyaran sus pechos en las barandas.
Mientras pasábamos delante de una belleza
que ninguna madurez podía compensar
Ma por un bostezo de excedente de guerra
botamos los Harrier y los Rembrandt al mar
y convertimos la cubierta del portaviones
en la plaza de las delicias.
Había vino había uva había pescado
Vivíamos en la holgazanería más desprejuiciada
espíritus magníficos
que sólo existíamos
para la fragua de las almas.



Pág. 47





Rapto de la catedral del Cuzco


I


Veníamos en nuestros Harrier desblindados
en descenso vertical continuo
volando parados de frente
desde donde las cavernas del firmamento
absorbían corrientes curvas
de otras mentes más desapercibidas.
Veníamos a llevarnos la catedral del Cuzco
a alta mar la mansión de Dios subida arriba
de nuestro portaviones El Caravaggio.
Cuarenta anclas con cadenas de espesor
comenzaron a arrastrar la catedral
mientras levantábamos con los Harrier
por ocho costados desde los cimientos
para que pesara como un Lipchitz.
Y mientras la sacábamos del Cuzco a remolque
íbamos dejando un cráter de ancho rastro
que cabía una doble fila de ríos jordanes
hasta que metimos la catedral al mar
rodeada de boyas
y ayudados por esclusas contra mareas
la subimos a cubierta para zarpar.
Y por durante la mañana de anoche
con la catedral ya arriba de El Caravaggio
y con el mar soltando las amarras
entramos los Harrier a la nave central
y los hacíamos volar por dentro
y pasearse en el aire y como muy educados
haciéndoles visitas a los santos.




II


Ya allá desplazándonos de mar a mar
después de haber volado al filo del infinito
y desde sobre el espacio exterior
donde quedaba el cielo invisible
y de mil meses de andar solados
surcando el cautiverio de los astros
y aunque no sabíamos los que hacíamos
de nuevo dimos a fraguar la eucaristía
de subir a nuestros desasosegantes Harrier
con sensores de guía afinada y refuerzos
y llevar al fin la catedral a la desconocida
volando a muy altas descargas de iridio
y ahí sujetándola en medio de las estrellas
ver salir a Dios de sus confines
mientras metidos en la quilla de El Caravaggio
vivíamos el amor con agravantes
y hacíamos olas que se levantaban
del mar como espaldas de hombres salvajes
sacudiéndoles la vida.


Págs. 50-51




Deseclipse del firmamento

A Patricia Ossa




Estábamos arribando al final del mar, Luchino
que no quedaba en los aferrados puertos.
Habíamos hundido nuestra ancha flota
nosotros mismos y en una relumbrante
emboscada a gran escala de este tiempo
y perdidos unos mil Harrier en el cielo
extenuados por los combates de noche
que libramos hacia la captura de Dios
en un desusado rasgarles el cielo
a los moluscos de la religión de estado
que no cejarían hasta cerrarnos el mundo
porque perdidos no seguíamos a nadie.
Y mamándonos la dura belleza de la guerra
sólo quedábamos un puñado de Rembrandts
sólo quedábamos un puñado de espíritus
mudos sobre la carcaza del Cittá Felice
nuestro último portaviones a vela
meciéndose destrozado sobre las mareas
y a la deriva de un mar delirando
que crecía como el diluvio.
Era como el mar naufragando al fondo
del mar después de haberse ido a pique.
Y habiendo quedado más desnudos que la luz
sin armas alucinantes de qué agarrarnos
sin sacos de alcohol en qué meternos
y sin la mente de Coritani ya muerto
empezamos a sacar las tablas sagradas
y a subirlas a cubierta tabla por tabla
tabla por tabla para hacer la balsa
que prendería la mecha del sueño nuestro.
Y mientras el mar subía porque subía
y el portaviones iba hundiéndose debajo
nosotros aún vivos adentro de la balsa
aún no venerables sino venideros
subíamos a acabar los eclipses del firmamento
subíamos como una cerilla que desataba la luz
y encendía un faro entre las estrellas.


Págs. 52-53





Los Sea Harrier
Maquieira, Diego (Chile, 1951)
Editorial Universitaria, Stgo, 1994.
53 Páginas

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Tres poemas mayores- Marina Tsvietáieva






POEMA DE LA MONTAÑA (fragmentos)

"¿Te asombran mis palabras? ¡Querido!,
los que se separan hablan todos como
borrachos, y les gusta ser solemnes..."

Hölderlin






Dedicatoria

Los hombros sin montañas
¡y el alma vuela!
Déjame la pena cantar-
Vibrar.

Ni hoy, ni en adelante.
Abierto el hueco negro. Negro.
En la cima
déjame la pena cantar.

I

La montaña era el pecho
de un recluta segado.
Vírgenes pedía besos
y el fasto de una boda.

Pedía el océano
el caracol sonoro
interrumpido a gritos
de mando y de combate.

Soplaba la montaña:
¡No juegues con titanes!
¿Recuerdas la última casa
por los rumbos suburbanos?

¡La montaña era un mundo!,
la paz se paga cara.
Allí empezó la pena
en lo alto, en la montaña.



VII

Lloraba la montaña: qué tristeza
ser mañana lo que hoy es sangre cálida.
La montaña rogaba: no se vayan,
verte con otra no lo admitiría.

Lloraba la montaña - que sólo humo
quedará de lo que hoy es Roma y mundo.
La montaña anunciaba que con otros
pronto estaríamos, (¡no los envidio!)

Lloraba la montaña: triste fardo,
el juramento abominado en vano.
Rezaba la montaña, viejo nudo
gordiano: lo que debes, lo que amas...

Lloraba la montaña nuesta pena-
cuando sobre la frente, no en el acto,
ya no es "memento", sino el mar, ¡él solo!
Mañana, que es cuando comprenderemos.

Un rumor...como si alguien estuviera
cerca de mí ¿llorando, sollozando?
Lloraba la montaña: separados
bajaremos tú y yo por este barro-

Lo conocemos todo de la vida:
la barraca, la chusma y el mercado...
Los poemas, decía la montaña,
surgen así- lo conocemos todo...



IX

La piedra de que hablamos, ya pasados los años,
por otra, la más plana, cambiarán.
Con casas y jardines
la montaña ahogarán.

Al aire limpio
es más fácil vivir.
Ya vendrán verjas
¡y a parcelar!

¡Al revés los barrancos,
drechas las veredas!
Porque alguien necesita
una casa feliz, ¡felicidad en casa!

Felicidad en casa, el amor sin inventos,
¡sin desangrarse!
Valiente, la mujer aguanta
(¡todo lo había cuando venías

la casa- feliz!). El amor sereno
nada corta, no hay navaja.
Sobre las ruinas de nuestra felicidad
una ciudad de cónyuges se levantará.

Al aire dichoso
(mientras puedas, ¡peca!),
el tendero, el ocioso,
entre suma y resta.

Piso y paso inventar,
y cada hilo- ¡a casa!
Siempre precisa alguien
los nidos de cigüeña.



Epílogo

Hay lagos en la memoria
y en los ojos siete velos.
No te recuerdo -tus rasgos
son una página en blanco.

Sin marcas. Un lago blanco -
todo. (El alma y sus heridas,
herida completa). Y tiza.
Que sólo señala el sastre.

El cielo es todo una pieza,
y el océano -¿sus gotas?
Sin señas se acerca el justo.
Contacto- el amor es todo.

Si el pelo es rubio o moreno
lo sabe el vecino: espía.
¿La pasión une o separa?
¿Soy relojero o médico?

Eres el círculo -todo,
el torbellino completo.
Recuerdo de ti sólo el amor.
Signo de la igualdad.

(Las soñolientas pelusas
se acumulan como espuma.
Novedad rara al oído.
No yo sino el "nos" de majestad...)

La miseria es tan estrecha
-igual a la vida misma-.
Y a ti junto no te veo
ni con una, ni con otra:
- Venganza de la memoria.


Enero 1924,
Praga, Colina Smijovski
Diciembre 1939,
Golitsyno, Casa de los escritores.






POEMA DEL FIN (fragmentos)



4.

Niebla dorada,
ola de gas.
Se fuma sin respiro.
¡Tanto hablar y fumar!
¿A qué huele? A gran prisa,
a placer, a pecado:
a negocios secretos
y a polvos para el baile.

Solteros con familia,
jóvenes venerables.
Entre risas y bromas
no paran de contar.
Sean grandes o pequeños,
con morros y con bozo.
...A comercio secreto,
a polvos para el baile.

(Doy media vuelta: ¿es ésta
nuestra casa?- ¡no soy dueña!)
Uno sobre los cheques
y el otro en cabritilla.
Y aquel: pies de charol,
trabajando a escondidas.
...A ¿matrimonio?: comercio,
a polvos para el baile.

(...)



12.

Lluvia, vertical melena
ante los ojos. Colinas.
Más allá de los suburbios.
Estamos en las afueras.

Existe, pero es ajeno
-madrastra, que no materna.
Ir más allá es imposible.
Morir. Morir aquí mismo.

Campo. Verja.
Dos hermanos.
Un suburbio la vida
¡construye en las afueras!

Cuando todo se ha perdido,
los casos y sus verdades,
sólo quedan suburbios.
¡¿Dónde están las ciudades?!

Rompe -de furia- la lluvia,
como ya estamos rompiendo.
En tres meses con sus días,
entre los dos un encuentro.

Al pobre Job
¿Dios le pidió fianza?
Sin resultado:
¡estamos en las afueras!

(...)


CARTA DE AÑO NUEVO (fragmentos)


¡FELIZ Año Nuevo -mundo y luz;- borde y hogar-,
puerto!
Primera carta para ti a tu nuevo reino
- Por error llamado: exuberante- (rico- dorado, pródigo),
rumoroso, estruendoso, que clama
como la vacía torre de Eolo.
Primera carta para ti desde la patria de ayer,
donde sin ti me consumo,
ahora, ya desde una de las
estrellas...Ley de la retirada, interrupción:
según la cual amada llega a ser cualquiera,
existente increíble- inexistida.
¿Cuento cómo supe la tuya?
Ni terremoto ni avalancha.
Un hombre entró -cualquera (amado-
tú). -Un aciago acontecimiento.

(...)

Ahora, dime, ¿cómo fue el viaje allá arriba?
¿Cómo se desgarraba pero no se arrancaba
el corazón? ¿Cómo sobre los pura-sangre de Orlow
que como águilas, dijiste, vuelan,
se cortaba la respiración?-
¿O fue más dulce? No hay ni altitudes, ni pendientes
para quien ha volado en los auténticos trotones
rusos. De sangre son los vínculo con el otro mundo:
Si a Rusia has ido, el otro mundo en éste
has visto. ¡El umbral más seguro!

(...)

Sin olvidar, amigo mío:
si hoy las letras
rusas se imponen en lugar de las germanas-
no es porque ahora
dé igual, que el muerto (mendigo) todo se trague-
¡sin parpadear! porque el otro mundo,
el nuestro, - a los trece años en el cementerio de Novedevichy
lo comprendí: no por carecer de lengua, sino porque las tiene todas.
Así que me digo con tristeza:
¿Ya no me preguntarás cómo se dice en ruso
Nest? La única rima que todos los nidos
cubre, rima: estrellas.

(...)

A través de la mesa observo tu cruz.
Cuántos parajes -en las afueras, y ¡cuánto espacio
en las afueras! ¿Y a quién sino a nosotros
saluda el arbusto? Parajes- nuestros
¡y de nadie más! ¡Todas las hojas! ¡Agujas todas!
Parajes tuyos conmigo (tuyos contigo).
(Que una reunión pueda ser un lugar para nosotros dos-
¿decirlo?) decir que- ¡lugares! ¡también los meses!
¡Las semanas! ¡Los suburbios bajo la lluvia
sin gente! ¡Las mañanas! ¡Y todo ese reino
aún no tocado por ruiseñores!

(...)

Cuántas veces en el banco de la escuela:
¿Cómo son allí las montañas? ¿Y los ríos?
¿Son hermosos los paisajes sin turistas?
¿No me equivoqué, Rainer?,- el paraíso ¿es montañoso,
borrascoso? No es aquel al que las viudas aspiran-
no hay sólo uno: ¿Hay otro paraíso por encima?
¿Son altas sus terrazas? Juzgando por los Tatras-
el paraíso no sería más que un anfiteatro.
(Y el telón bajando sobre alguien...)
¿No me equivoqué, Rainer, Dios es un baobab
creciendo? No un Luis-Sol-de Oro,
¿ni sólo un Dios porque encima hay otro Dios?
¿Cómo se escribe en el nuevo reino?
Si existes tú- existe el verso: ¡tú mismo
eres verso! ¿Cómo se escribe en la nueva vida
sin mesa para el codo, sin frente para la mano
(palma)?

- ¿Una esquela con letras conocidas?
Rainer, ¿disfrutas con las nuevas rimas?
Rima- ¿qué es -sino- un puñado de nuevas
rimas- la Muerte?

No hay salida: el lenguaje se agotó.
Tantas consonancias y significados
¡nuevas! ¡Nuevos!

- ¡Adiós! ¡Hasta conocernos!
No sé si nos veremos, pero nos entenderemos.
Feliz tierra desconocida para mí-
¡Feliz el mar entero, Rainer, toda yo!

No nos cruzaremos -antes avisa.
¡Feliz boceto nuevo, sonoro, Rainer!
La escalera del cielo: por ella con presentes...
¡Feliz nueva consagración, Rainer!

- Para que nada se desborde sobre ella, la sostengo en la
palma de la mano.-
Por encima del Ródano y del Rarogne,
por encima de la nítida y absoluta separación-
a Rainer- Maria- Rilke- en mano

Belleuve, 7 de febrero de 1927.


Tres poemas mayores- Marina Tsvietáieva (Rusia, 1892-1941)
Edición y presentación: Elizabeth Burgos
Traducción: Elizabeth Burgos, Lola Díaz y Severo Sarduy
143 Páginas
Hiperión, Madrid, 2004

lunes, 1 de diciembre de 2008

Verónica Viola Fisher (Argentina, 1974)













Mi casa es una
entera casa miento
está rota y negra
como los ojos de
Dios la hizo
partida en cuatro
ojos dos hijos
veían.

Pág. 9






De mamá tuve un cordón umbilical
y de papá también
tuve un cordón
cerebral
que el médico anudó
innumerables veces con una
fuerza descomunal y atroz.

Desde el ombligo al ano
un bebé caquita blanca
como las manos de mamá
pero mi cerebro no sabe
hacer la digestión
su ombligo es mi boca
y mi boca es un tajo
al nudo
atroz un tajo y sangre
como las manos de papá
intentando anudar
otra vez su cordón.

Pág. 13






Hija mía
y de una gran
perra
¿dónde enterraste
los huesos
que todavía, estaban vivos?
sos el mejor amigo del hombre
y soy tu padre
dámelos
quiero mis huesos
sin tierra
que parezcan marfil
hija mía
¿bajo arena
o cavaste un pozo
en el océano?
dámelos, dámelos ya
hijas de
- los enterré en mi cuerpo
papá


Pág. 14






Vos sola
te mutilaste
solita nomás
decidiste nacer una
semana antes con el cuerpo
formado a medias
no quisiste
esperar el crecimiento
de los atributos que debe
un primerizo a su padre no
podía no desilusionarme
desde el comienzo
nada entre tus piernas
inválida.

Pág. 18







Que mi hija es una mujer
de pelo en pecho
nadie puede negarlo
es fuerte
como su padre así que
guarda
con ella todas mis hojas
de afeitar aunque no sepa
afeitarse sino
afearse
llena de tajitos.

Pág. 22






Pápa que tengo
frío estás
dónde
busco y no te
veo duro el golpe
en tu sangre
pequeña oscura
que tengo miedo estás
callando me enfrío
y atino
a mí si puedo
podar tu jardín de
pensamientos
violetas papá
que tengo.

Pág. 27






entonces me di
cuenta la historia
mi equivocación
no quería
cantar sino
callada escribir
y saludar
sosteniendo un pañuelo

Pág. 29







Dame una mano
dijo
y le di una
pesada
en la cara dame
la otra
cuál
sino el revés
de la misma
forma
le dí lo mejor
de mi boca
dijo dame
un besito sobre
su boca escupí
sangre
y me quedé
con su lengua.

Pág. 31







No hijita
prendé la luz
que no es blanca
esto es
una negra
mirá la partitura
mirá bien
idiota aquí
después del sol
tomá ésta
negra y
tomá y tomá
a ver
si con el ojito
negro la ves
después del sol
mayor viene
la sombra

Pág. 35







Yo, la pensaba
música
y espíritu
la mayor, desgracia
nota el silencio
en cada frase y
en mi tinta
hunde su mano
que ensucia
papeles diciéndome
padre

Pág. 38






yo sé
sobre todo
punto de vista
sos ciega
porque yo
no te veo

Pág. 43






Cuando mi padre me ve
es como si hubiera tenido
que pagar
una entrada al cine
y lo que ve
es aburrido
a pesar de mis intentos
nada resulta
más agradable para él
que la protagonista solo hable
de su padre
el productor

Pág. 44






En otro idioma mi primer apellido es un color
pero en mi país se utiliza como verbo
Cuando me pusieron mi primer apellido
cuando me lo pusieron
con fuerza era yo muy chiquitita y no podía
hablar
para explicarles que se olvidaban, para mí
la última sílaba
que haría ese apellido definitivamente mío
perteneciente a mí
La sílaba agregada en otro idioma
no es un color, significa que el sujeto objeto
es de ese color pero en mi país
se utiliza con otro contenido Es diferente
mi primer apellido a mí
porque carece de un final apropiado
de una terminación correcta
En otro idioma mi primer apellido quiere
decir violeta Estoy incompleta
Me falta la sílaba "da", al último
doy por sentado que se entiende
aunque estuviera completa en mi apellido
no sería yo entera, algo me han quitado
Cuando nací
y hasta cuando fui concebida, en mi país
en mi lengua

Pág. 55



de Hacer sapito
Ediciones Gog y Magog, Buenos Aires, 2005
60 Págs.








entrar a tiempo la espalda
sostenerla derecha
flexibilizar el estado
nervioso y dirigir el sonido
hacia las butacas
no olvidar la deuda
con el público debe siempre
mantenerse
seguir a batuta de ciertas quejas
elevar el volumen para
mostrarse amplios mientras
no olvidar que la economía
en los recursos
determina la calidad de vida
de ciertas voces



Pág. 7






Nosotros
respetamos el compás de otra lengua
hacemos honor al que nos dice
lo que no queremos oír, mortales

Pág. 15






desatar las cuerdas que
van tensas desde el cuello a los tobillos
cantando

¿admitiendo la afinación como un deseo inalcanzable
el destiempo como un error a conciencia?

el cifrado cuesta
los dedos cavan en la guitarra y callo
tras callo dura
la yema la clara idea

bajo la tapa
en el cuerpo macizo

Pág. 26




ENSAYO GENERAL

previa entrada a la ciudad
golpean la caja
torácica y sobre el cordón
sentados conversan

no saber pronunciar
el cuerpo en contra del cuerpo es lo mismo
que ser mudo



Pág. 42





de Notas para un agitador
Libros La Calabaza del Diablo, Santiago, 2008
47 Págs.