viernes, 28 de agosto de 2009

Contra los poetas-Alejandro Zambra

A los veinte años ya acumulan experiencias importantes: han publicado poemas en revistas y antologías, han participado en talleres, han escrito artículos para anuarios escolares y quizá han concedido una o dos precoces entrevistas. Ya tienen listos sus primeros libros, que están a punto de aparecer en editoriales emergentes. Son libros muy malos, pero por ahora eso no importa. Sus poemas son largos y sentenciosos, abusan de los gerundios, de los signos de exclamación y de los puntos suspensivos. Leen a Vicente Huidobro, a Delmira Agustini y a Oliverio Girondo, pero sobre todo se leen los unos a los otros, en interminables sesiones sólo a veces amistosas.

A los veinticinco años ya han renegado de esos primeros poemas, que consideran lejanos pecados de juventud. Esperan encontrar pronto la madurez como poetas, que a ellos les importa mucho más que la madurez como personas. El segundo libro cumple con creces el objetivo: no es bueno, pero indudablemente es mejor que el primero. Dicen estar todavía buscando una voz propia y mientras tanto planean antologías que incluyen a todo el grupo, pero nadie quiere escribir el prólogo, pues nadie desea correr el riesgo de convertirse en crítico literario.

A los treinta años ya han sufrido varios desengaños. Han sido incluidos en antologías nacionales y latinoamericanas, pero han sido excluidos de otras tantas publicaciones y les cuesta muchísimo aceptarlo. Por momentos escriben solamente para demostrar cuán arbitrarias han sido esas exclusiones. Han publicado, a esta altura, tres libros de poesía. Han fundado dos editoriales y cuatro revistas literarias. En sus reseñas biográficas se afirma que han participado en más de trece –en catorce– encuentros de poetas y que sus libros han sido parcialmente traducidos al italiano. En realidad les han traducido solamente un poema, pero da lo mismo: los han traducido, eso ya es mérito suficiente.

Recién a los treinta y cinco años comienzan a incomodarse cuando los presentan como poetas jóvenes. Ahora dictan talleres en los que aconsejan a sus alumnos que eviten los gerundios, que cuiden los adjetivos, que declaren la guerra a los puntos suspensivos y a los signos de exclamación. Les inculcan la suprema libertad creadora, pero les prohíben una lista bastante larga de palabras: vacío, angustia, desolación, desesperación, crepúsculo, ocaso, alma, espíritu, corazón, vagina. Les hablan de melopoeia, de fanopoeia y de logopoeia, pero se enredan un poco en la explicación. Se enamoran de poetas de dieciséis años y las comparan con Alejandra Pizarnik, pero nunca han visto una foto de Alejandra Pizarnik.

A los cuarenta años a nadie se le ocurre presentarlos como poetas jóvenes, pues sus caras y sus barrigas han cambiado de forma tal vez irreversible. Los poetas experimentan con mayor sufrimiento que el común de la gente la llamada crisis de los cuarenta. No decidieron ser poetas para tener cuarenta años. De ahora en adelante todo será decadencia. Se han vuelto inofensivos. Es más fácil incluirlos, pedirles prólogos, invitarlos a los recitales y aplaudirlos sin énfasis, respetuosamente. Son, en otras palabras, verdaderos fracasados.

Para que el fracaso se cumpla es necesario que reciban, de vez en cuando, señales equívocas. A los cincuenta, a los sesenta, a los setenta años los poetas ganarán dos o tres premios menores; tímidos estudiantes de pregrado y quizás alguna bella doctora norteamericana analizarán sus libros, que tal vez serán traducidos al francés, al alemán, al griego o al menos al argentino. Por lo demás, siempre habrá alguna editorial emergente interesada en rescatarlos del olvido.

Da lástima verlos junto al teléfono, esperando la noticia de un premio, de una pensión del gobierno, de un homenaje, de un viajecito al sur, lo que sea. Parecen niños asustados, y en el fondo eso son: niños asustados, adolescentes ya muy viejos para suicidarse. A veces algún reportero compasivo les pregunta para qué sirve la poesía en este mundo deshumanizado y consumista. Ellos suspiran y responden lo que han respondido siempre: que sólo la poesía salvará al mundo, que hay que buscar, en medio de la confusión, palabras verdaderas y aferrarse a ellas. Lo dicen sin fe, rutinariamente, pero tienen toda la razón.




A. Zambra
Publicado en Etiqueta Negra Nº 65 http://etiquetanegra.com.pe/

martes, 25 de agosto de 2009

Alejandra González: La enfermedad del dolor







Prescripción

Morir. Comenzar a estar fuera en vez de dentro. Cansada de todo el cansancio posible o toda la sobra del tiempo. Dibujar el sentimiento del dolor porque después de tanto tiempo, uno ya no siente y cree que las cosas siempre fueron así, pero de repente se sabe. Se duerme. Mi cama está llena de los restos de mi cuerpo. Caminante sin ningún espejo que sea capaz de conservar el más mínimo vestigio de recuerdo. Mi estómago se está saliendo y el calor me derrite todo tipo de amor. Yo no.

Pág. 9



Estómago I

A mi estómago lo cubren
todos los tipos de dolor

(el dolor es un tipo de piso)

Yo
los conozco
y sé
cuando alguien camina
sin zapatos
adentro de mi estómago


Página 10




Estómago II

Yo soy

un estómago despellejado
dividido
y olvidado

Apenas sostenido por una piel antigua
que nunca termina de morir


Página 11



Abierta


Abierta en una columna
llena de mil huesos enfermos
que la torturan

Abierta hasta el cansacio
como una puerta vieja
que se queja y que no duele

Abierta hasta vaciarse
entera de dolor

Secar cada órgano
desinfectar los labios
extraer todo lo que sangre

dejarme limpia

Abierta es mostrada
en los museos del mundo
y la gente se ríe

Página 13


Enfermedad de la tristeza

Nada más terrible que el silencio

Déjame gritar hasta arrancarme las partes
y no tener que sentir nada nuevo

Tengo la garganta convertida en un ojo
que llora todo el día

Página 22


Post- operatorio: la casa de las agujas

En esta caverna de huesos
acostumbro meter mis manos
a cualquier boca huérfano de dientes
caminando sin mis piernas
respirando pelo y roce de sábana mojada

ser mi propia amante

colar las palabras
que boto junto a los desperdicios de las uñas

En ésta

mi casa de agujas

con rejas en forma de zapatos
de platillas
de polietileno

el cordón de simetría me escupe en la cara
y quema en mi piel
mi título de dueña condenada a pedazo
a metamorfosis eterna
a parásito ignorante
del cuerpo que habita


Página 23



Tengo mi mitad en el juego del dolor


Sola

estoy sacando mis brazos taladrados fuera de esta cama
en una búsqueda ridícula por sabor de sol

Los tubos fluorescentes no han parado de sonar
y se mimetizan
con los murmullos del resto de las camas
rodeadas de familias
que han vuelto a quejarse
por este infierno de aire falso
que derrite los chocolates
entibia los lápices de cera
y las revistas

Uno a uno los dedos de mis manos juegan a tocarse
otra vez
rozándose en un baile sin destino

Nadie preguntará por mí
a la hora de visita

Página 28


Asfixia

No puedo respirar
y me pongo al revés para que las lágrimas me caigan por la frente

Abro los ojos
hasta que se me convierten en grietas
y la lengua se acuesta en el paladar

No puedo respirar

y tus manos en mi cuello
ya no funcionan

Página 35




Huella


Comienza a lastimarme
por favor
hazme
cortes exactos con tu gillete

Yo
No
Quiero

una vida sin cicatrices


Página 36




Mi pequeño amor muerto:

No vuelvas
a reencarnarte en otros cuerpos


Página 39



Que mi nombre no se haya dicho nunca

Reconstruir mi anonimato

no haber dejado costras
o trozos de mi líquido
guardados en alguna cama

Ni palabritas mías escritas en los cuadernos de nadie
No haber provocado ninguna sonrisa
Que no se me haya tenido ninguna ropa
ni conocido algún nivel de amor

Desaparecer así
como si no me hubiese nacido


Página 43



Soy un parásito obligado a vivir afuera tuyo


Y ahora que estoy vacía
ahora que es imposible sostenerme
y mantenerme latiente y respirante

tú te llevas todo mi contorno


Página 48



GLOSARIO

A

Abierta: Con cuchillos, con uñas, boca abierta. Manos abiertas se deslizan y palpan.

Amante: Al lado y abajo. Mano amante. La mía sin la tuya. La tuya.

Amor: Sombras. Sombras de fantasmas. Fantasmas mudos. Demasiadas palabras alrededor de
trozos de silencio. Labios. Negación de éstos.

Angustia: Cuatro paredes blancas. Hay también una ventana que no se puede abrir, iluminando
permanentemente una cama que observa, un techo que simula ser el piso de un bote./34 tablas.


Página 59



Antibióticos: Para curar una enfermedad debe inyectarse la misma enfermedad pero en dosis controladas. El propio cuerpo inteligente aumentará sus defensas y logrará acabar con ella./ Ya no hay más tristeza que tomar.

Asesinado: Víctima de una extracción de lengua involuntaria./ Mudo.


Página 60




B

Brazo: Venas, lugar de origen de cientos de cuevas de catéter. Largos. Delgados. Cubiertos de pequeños hematomas. Secos.


Página 61



C


Calor: Asco. Aire acondicionado. Evaporación de las lágrimas. Exterminio de la sensibilidad. Multiplicación de la infección. / Calor en exceso, la infección es derrotada y sus componentes mueren en el incendio. Calor explosivo y único. Frascos de calor en escenas guardadas que tengo. Yo debajo de tu piel. Lo agradable de todo esto.

Camuflaje: Desaparición. Anonimato./Todos somos tan felices.

Cansancio: Falta de aliento. Estos ojos entreabiertos. Este cuello que busca el suelo. Estas piernas que abusan del arrastre.

Página 62



Cicatrices: Proceso ulterior a la costra. Sonrisa eterna. Piel insensible a los gritos./ Recuerdo.

Columna: Base principal hecha de un silencio moldeable. Serpiente parasitaria e introducida en la espalda. Látigo. Espiral. Centro nervioso. Caída inevitable al destino asimétrico.

Contorno: Lo que rodea todo esto. Ese espacio concreto que separa unas cosas de las otras.
A ti de mí.

Página 63


D

Desinfectarme: Lavé las muñecas. Primero fueron desnudadas y reposaron una tarde entera en
una tina con cloro. Luego unté sus cabellos con shampoo y raspé sus cuerpos hasta borrar todo rasgo de mugre antigua. Fueron secadas cuidadosamente y ordenadas en su silla. Ahora ellas tienen un sabor y un color que nunca tendrán las pieles humanas./ Volverme limpia.


Dolor: De ubicación inexacta. Hay un grito continuo que o nace de la calle o de esta boca que lo va desgarrando todo, y todo se vuelve sólo ese desgarramiento y no importa cuándo empezó o si va a terminar porque se tiene la, eso sí, exacta sensación que nunca se ha ido y se vive adentro del desgarramiento y se aprende a sonreír con él. Y a dormir escuchando siempre el mismo murmullo que ya ni siquiera transita hacia los oídos.

Página 65


Dulce: Un labio sobre una mejilla. Mermelada de naranja en un pan de hoja de once. Todo en una bandeja encima del velador. Una vez nevó y fue necesario contarlo. Porque desde la cama no se alcanzaba a ver. Y la leche se enfrió mientras la nieve se transformaba en lluvia.

Página 66

E


Enferma (enfermedad): El proceso mismo de la insatisfacción: este llanto continuo y seco que abre surcos invisibles en el rostro. Que ondula los hombros y los deja convertidos en un par de cejas arqueadas. Que arranca los recuerdos del dentro y los deja colgando en un carrusel que rueda delante de los ojos. Al que ya no se es permitido subir./ La que comió la enfermedad y la lleva como una eterna ánima vagante sujetándose de las paredes del propio torrente sanguíneo.


Espaldas: Apoyos. Mesas donde se escriben cartas largas. Algunas con mala letra. Mantel sobre el que se come. Libreta./ Espalda curva. Ya no se puede escribir sobre ella, el proceso de atrofia impedirá la utilización y únicamente se podrá usar con fines abstractos: la instalación de éstas en algún museo de arte moderno, por ejemplo.

Página 67


Espejos: Ojos carentes de pupilas.


Esquizofrénicos: Hay un dragón con dos cabezas acostado a la orilla del río. Ha batallado dos siglos. Una cabeza ha sido la vencedora provocando que la otra se pudra, aún pegada irremediablemente al cuerpo. La sobreviviente intenta levantar sus ojos y observar la bahía que se presume en la otra orilla. Se ve todo esto. Todo el tiempo se tiene la seguridad de estar en la cabeza muerta, en la latiente y en la orilla. También se sabe que el cuerpo de uno es de río.


Estómago:Otro tipo de piso o de dolor. Una bolsa gigante y enorme que intenta alimentarse y que nunca es satisfecha./ Hoyo negro en lugar de estómago. Metabolismos extraños que aniquilan todo.

Página 68



F

Fantasmas: Ausencia de corporalidad. Algunos recuerdos escapan de la cabeza en forma de fantasmas, otros consideran lo suficientemente tibio el hogar de origen y no intentan huir de ahí.


Página 69



G

Garganta: El amplificador natural del grito. Sellada. Dibujados al principio de ella un par de labios. Al final: el estómago. El grito sube y baja sin poder escapar. Raspada.


Grieta: Hay surcos invisibles. Las de este tipo no son exclusivas del rostro. En cualquier lugar. En cualquier lugar. En cualquier espacio compuesto de caminos. De río. Una vez abiertas sólo podrán ser rellenadas, o encima de ellas se podrá instalar un mueble. Jamás existirá la posibilidad de su absoluta y natural desaparición.

Página 70


H


Huérfana: La que no tiene. Porque alguna vez lo tuvo y desapareció (eso sí, para nunca más volver), o porque lo otro estuvo pero no hasta que ella naciera. La desligada. La perdida./ Los padres fueron arrancados por la propia mano. Orfandad por opción.

Huesos: Esos trozos de calcio petrificado formando estacas rodeadas de músculos. Ángulos agudos entrando en mis caderas./ Mis caderas.

Página 71


L


Lágrimas: Espesura de agua en una alfombra. Pedazos de vidrio pulido por las olas. Opaco. Llenos de agua fosilizada./ Llanto: dos lagos en tus cuencas vaciándose en una cascada que cae hasta mi cuello.

Página 73


M

Mentira: El puñal clavado en la carne blanca. Un puñal oxidado que provocará la infección./ Septicemia: envenenamiento a la sangre.

Página 74


Mudos: Íbamos por las calles durmiendo sobre el paso de nuestros pies. Y nuestros ojos estaban abiertos sólo porque no había párpados suficientes con qué cubrirlos. Llevábamos agua para regar los jardines que sembraríamos. Y unas sillas de madera en las que nos sentaríamos a esperar que creciera un árbol, que fuera capaz de decirlo todo, nacido de las semillas de nuestras lenguas.

Página 75



N


Niños: Los niños me han seguido. La luz sigue igual pero ahora tengo absolutamente claro que un gran incendio ha pasado por aquí. Lo sé. Quizás estuve ahí. En la humedad que se esconde tras todo lo reseco. Los niños son los hijos de la familia que vivía en la casa. No sé cómo lograron salvarse, pero me siguen con sus caras. No con sus cuerpos, sino con sus caras que son una misma. Sin emoción. Como un grupo de fantasmas que me acompaña.

No: Tu mano, peligrosamente expuesta al color de mi agua. Rebotante, reposas en mi mejilla./ Manos sin uñas: silenciosamente intento añadirme a tu cuerpo y me resbalo.

Página 77


O


Oídos: Hay dos caracoles pegados a mis sienes. Por ninguno de ellos se puede oír el mar.


Ojos: Aberturas continentes de las lágrimas. Desiertos de las mismas. Exclamación. Comienzo de la interrogación. Término del ahogo./ Cerrados: la coloración de cientos de figuras bajando o subiendo. Dedos sobre los párpados provocan el verde.

Página 78


P

Petróleo: Acumulación de lágrimas, sedimentos que se adhieren al envase y que son combustibles./ Entrar a esa huella alrededor de los ojos. Observar el fuego.

Piernas: Prolongación de caderas. Pilares que pueden llevar a la simetría o al desequilibrio del resto del cuerpo./ Esculturas alrededor de un cuello. Sobre algo. Alrededor de algo. Collares

Página 80


Post- operatorio: El mareo. La falta de aire. La respiración entrecortada. Ojos que observan la readaptación al propio cuerpo. La nueva ruina del caminar./ Abastecer. Dejar de ser abastecida. La irrupción como un accidente previsto con anterioridad.

Página 81


S


Sangre: La secreción roja. El esmalte de las uñas. Lo ajeno que se hace interno. La sobrevivencia a partir de la rutinaria opción de mantener esta corriente en su lugar. De abastecerla./ Esta piel. Estas palabras tatuadas.


Página 85


Sueño: Aparición de la conciencia en el jardín de al lado.

Página 86


T

Transpirar: Este olor a tu ausencia convertir en agua que se cristaliza encima de los poros, convirtiendo todo en una capa de escarcha donde se refleja tu rostro.

Tristeza: Una cabeza vacía como la plaza de armas.Hacer entrar este aire. Dejar que salga. Acompañarme de los pasos. Del peso de mis órganos llenando una bolsa de piel. Alimentar palomas en la plaza de aquí adentro. Sentarme en un banco verde rayado con cortaplumas. Asistir a la tarde en una fuente de agua seca.

Página 88


U

Uñas: Acumulación de células muertas. Algunas pintadas y bien decoradas. Otras como habitaciones en desuso, descascaradas y sucias./ Ganchos, llaves, nombres para escribir en pieles.

Página 89



Z


Zapatos: Final del cuerpo. Donde termina todo esto.


Página 91



La enfermedad del dolor
Alejandra González
Ed. del Temple, Santiago, 2003
91 Páginas

sábado, 22 de agosto de 2009

En lo más implacable de la noche- Idea Vilariño







COMPARACIÓN


Como en la playa virgen
dobla el viento
el leve junco verde
que dibuja
un delicado círculo en la arena
así en mí
tu recuerdo.


Página 29





ESTOY AQUÍ


Estoy aquí
en el mundo
en un lugar del mundo
esperando
esperando.
Ven
o no vengas
yo
me estoy aquí
esperando.


Página 30





EL TESTIGO

Yo no te pido nada
yo no te acepto nada.
Alcanza con que estés
en el mundo
con que sepas que estoy
en el mundo
con que seas
me seas
testigo juez y dios.
Si no
para qué todo.


Página 31





YO QUISIERA


Yo quisiera llorando
decírtelo
mostrarte
decirte destrucción
y que tú me entendieras
o decirte se fue
el verano se fue
o decirte
no te amo
y que tú me entendieras.

Página 34






CARTA I


Como ando por la casa
diciéndote querido
con fervorosa voz
con desesperación
de que pobre palabra
no alcance a acariciarte
a sacrificar algo
a dar por ti la vida
querido
a convocarte
a hacer algo por esto
por este amor inválido.
Y cierro las ventanas diciéndote
querido
querido y no me importa
que estés en otra cosa
y que ya no te acuerdes.
Yo me estoy detenida
en tu mirar aquel
en tu mirada aquella
en nuestro amor mirándonos
y voy enajenada por la casa
apagando las luces
guardando los vestidos
pensando en ti
mirándote
sin dejarte caer
anhelándote
amándote
diciéndote querido.


Página 35




TE ESTOY LLAMANDO

Amor
desde la sombra
desde el dolor
amor
te estoy llamando
desde el pozo asfixiante del recuerdo
sin nada que me sirva ni te espere.
Te estoy llamando
amor
como al destino
como al sueño
a la paz
te estoy llamando
con la voz
con el cuerpo
con la vida
con todo lo que tengo
y que no tengo
con desesperación
con sed
con llanto
como si fueras aire
y yo me ahogara
como si fueras luz
y me muriera.
Desde una noche ciega
desde olvido
desde horas cerradas
en lo solo
sin lágrimas ni amor
te estoy llamando
como a la muerte
amor
como a la muerte.


Págs. 36-37




CARTA III

Querido
no te olvides
de que te espero siempre
cada noche te espero
estoy aquí
no duermo
no hago nada sino eso
te espero
te espero
Da la una.
Cierro entonces la puerta
el amor
la esperanza
y en la sombra
en la noche
con los ojos desiertos
miro sin ver
sin quejas
sin pena
la pared.
Duramente la miro
hasta que viene el sueño.

Página 38




SEIS

Entonces
todo se vino
y cuando vino
y
me quedé inmóvil
lo dejaste saltar
quejándote seis veces.
Seis.
Y no sabés qué hermoso.


Página 43



LA PIEL


Tu contacto
tu piel
suave fuerte tendida
dando dicha
apegada
al amor a lo tibio.
Pálida por la frente
sobre los huesos fina
triste en las sienes
fuerte en las piernas
blanda en las mejillas
y vibrante
caliente
llena de fuegos
viva
con una vida ávida de traspasarse
tierna
rendidamente íntima
Así era tu piel
lo que tomé
que diste.

Página 45




ENTONCES SOY LOS PINOS


Entonces soy los pinos
soy la arena caliente
soy una brisa suave
un pájaro liviano delirando en el aire
o soy la mar golpeando de noche
soy la noche.
Entonces no soy nadie.


Página 50




LA CASA EL MAR LA TIERRA


La casa
el mar
la tierra
y ese sol para siempre.
La casa
el mar
la tierra
y ese sol al fin nova.


Página 51





QUIÉNES SOMOS


Quiénes somos
qué pasa
qué extraña historia es esta
por qué la soportamos
si es a nuestra costa
por qué nos soportamos
por qué hacemos el juego.


Página 54




LLUEVE A CÁNTAROS


Llueve a cántaros
llueve
tantos años
que llueve
que en la habitación triste
sin luz
escucho
miro.


Página 55





POR AHORA

Por ahora
en lo oscuro
como un perro despierto.
Por ahora.
Después
igual
sin mí
seguirá hacia su fin
la larga historia.

Página 59




UNA VEZ

Soy mi padre y mi madre
soy mis hijos
y soy el mundo
soy la vida
y no soy nada
nadie
un pedazo animado
una visita
que no estuvo
que no estará después.
Estoy estando ahora
casi no sé más nada
como una vez estaban
otras cosas que fueron
como un ciclo lejano
un mes
una semana
un día de verano
que otros días del mundo
disiparon.

Página 62





HASTA CUÁNDO


Hasta cuándo los gestos
las señas las palabras
la sabida comedia
la mascarada atroz
esta triste aventura
de ser cálido y fuerte
y andar entre las cosas
inanimadas frías
a cuyo estado un día
llegaremos sin duda.

Página 63




SI MURIERA ESTA NOCHE

Si muriera esta noche
si pudiera morir
si me muriera
si este coito feroz
interminable
peleado y sin clemencia
abrazo sin piedad
beso sin tregua
alcanzara su colmo y se aflojara
si ahora mismo
si ahora
entornando los ojos me muriera
sintiera que ya está
que ya el afán cesó
y la luz ya no fuera un haz de espadas
y el aire ya no fuera un haz de espadas
y el dolor de los otros y el amor y vivir
y todo ya no fuera un haz de espadas
y acabara conmigo
para mí
para siempre
y que ya no doliera
y que ya no doliera.

Página 69




EL MIEDO

Es amarillo afuera
ay dios
es amarillo
como un pájaro seco
hiriente y desplumado
como qué
doloroso.

Tiene miedo la tarde
tiene horror la mañana
el día que lastima
o se tiñe de estiércol
o se afila los dientes.

La noche hace una casa
negra pura y de todos.
La noche hace una casa
pero el terror golpea
y la llena de ojos.

Es amarillo afuera
ay dios
es amarillo
como un pájaro muerto
como una aguja de oro
de hielo
como un grito.
Es amarillo afuera.

Y adentro es amarillo.

Página 75





VOLVER

Quisiera estar en casa
entre mis libros
mi aire mis paredes mis ventanas
mis alfombras raídas
mis cortinas caducas
comer en la mesita de bronce
oír mi radio
dormir entre mis sábanas.
Quisiera estar dormida entre la tierra
no dormida
estar muerta y sin palabras
no estar muerta
no estar
eso quisiera
más que llegar a casa.
Más que llegar a casa
y ver mi lámpara
y mi cama y mi silla y mi ropero
con olor a mi ropa
y dormir bajo el peso conocido
de mis viejas frazadas.
Más que llegar a casa un día de estos
y dormir en mi cama.

Página 77





LA SOLEDAD

Esta limitación esta barrera
esta separación
esta soledad esta soledad la conciencia
la efímera gratuita cerrada
ensimismada conciencia
esta conciencia
existiendo nombrándose
fulgurante un instante
en la nada absoluta
en la noche absoluta
en el vacío.
Esta soledad
esta vanidad la conciencia
condenada
impotente
que termina en sí misma
que se acaba
enclaustrada en su luz
y que no obstante se alza
se envanece
se ciega
tapa el vacío con cortinas de humo
manotea ilusiones
y nunca toca nada
nunca conoce nada
nunca posee nada.
Esta ausencia distancia
este confinamiento
esta desesperada
esta vana infinita soledad
la conciencia.

Página 78





ME VOY A MORIR


Me voy a morir
me voy a morir
devoro la sombra
los lampos el último
filo de oro el último
rosa con amor
sabiendo
mirándolos
con el despaego
del que está de paso
sabiendo
viviendo
la muerte que pronto
me quitará los ojos
para verlo olfato
para respirarlo
me quitará a mí
a mí
de mi sitio.
Por eso lo miro
poniendo los ojos
la piel
el amor
la horrible tristeza
y ese desapego
porque estoy de paso.

Página 79



EN LA NOCHE DE LUNA

En medio de esta enorme noche blanca
entre pinares médanos y luna
-hoy llegaron los hombres a la luna-
frente al mar que otra vez acuesta su ola
formidable en la playa abandonada
-hay miedo en Almería dice el diario
no encontraron aún las bombas hache
caídas en su mar por accidente-
en el silencio blanco y estruendoso
de esta soledad plena y una y pura
-ochocientos vietcongs muertos anoche
hambre en la India hambre en el Brasil-
en la melancolía y la belleza
de la noche de luna entre los pinos
con la luna ocupada y el miedo en Almería
y la aldea arrasada y con el hambre.

Página 81



SÓLO PARA DECIRLO

Qué hijos de una tal por cual
qué bestias
cómo decirlo de otro modo
cómo
qué dedo acusador es suficiente
qué anatema
qué llanto
qué palabra que no sea un insulto
serviría
no para conmoverlos
ni para convencerlos
ni para detenerlos.
Sólo para decirlo.

Página 83




YA NO TENGO

Ya no tengo
no quiero
tener ya más preguntas.
Ya no tengo
no quiero
tener ya más respuestas.
Tendría que sentarme en un banquito
y esperar que termine.

Página 87




ESTÁ CLARO

Está claro que yo
un día de estos sea
una muda tierrita
un poco de basura
que no sea
pero cómo aceptar
que ellos míos
que su polvo de ellos
no la vez
que no la toque con un dedo suave
la roce con la punta de la lengua
que no sepa
no sepa.

Página 90




2003

Van los hijos de perra
por pobres de muerte
que muriéndose esperan
la granizada atroz
el rayo que no cesa.
Y nos los otros otros
por veces distraídos
por veces ocupados
lanzamos solo a veces
un insulto un gemido
un destello de pena
una arcada de odio
de asco
de vergüenza.

Página 103




En lo más implacable de la noche
Idea Vilariño
Ed. Colihue, Buenos Aires, 2003
105 páginas

jueves, 13 de agosto de 2009

Fragmentos de Alto Volta- Yanko González








que no quiere


"Que
no
quiere
morir
como
un
perro
nadie
quiere
morir
como
un
perro
todo
ser
humano
merece
no
morir
como
un
perro
ha
vivido
como
cerdo
y
no
quiere
morir
como
un
perro".


Página K




lo que engrana

lo que engrana le impulsa y lo voltea
un ojo se cae al blanco mientras los de abajo
corren hacia un juego nuevo.
él los ha visto todos: planifica:
el que te deja boca arriba
el que te vomita la boquera
el que te grita la membrana
el averno de los campesinos la cavidad de los ancianos.

veo a mi madre que se toma de los fierros y no alcanza
veo a mi padre que fuma rápido leyendo precauciones
mi hermano me asesta un golpe en el estómago muy fuerte
mientras lo mancho con un palo de algodón dulce.

la felicidad ja ja ja cantan el dúo
que posa en una silla voladora
que me dio tu amor// hoy quiero cantar
me paso largo rato pensando por qué no nos reímos
mejor a eso no me subo.
festín final de los felices.

ahora queremos una bicicleta
mi hermano una pistera yo una bici cross
hemos sudado flema para llegar al parque
lejos más lejos de Alto Volta
mi padre dijo no fue sencillo
y carga de vuelta un oso grande.


Página M




heribert barrera


hay muchas maneras de hacer infelices a los hombres. una de ellas es visitándolos.


Página P




gaston miron

algún día diré sí a mi nacimiento


Cuando izamos la bandera se nos ocurrió que azar sirve también para llegar
No decir que ésto acabab mal que a tus amigos se les ha caído el corazón
que no es verdadero eso de lo único verdadero: un jour j'aurai dit oui à ma naissance

Sabes cuando la izamos vimos a través (que ya es suficiente Québécois para llegar)
Detrás los mismos ríos de la misma amoratada amortajada con los ojos abajo realidad
Los párpados pisados y un alfabeto duro astillado para la lengua para entrar


Padre no quiso izar y arrancó un pedazo de su pierna para no salir para entrar
Dijo el sur lo que se ha de ablandar lo que se ha de caer lo que había que morir
Pero estaba afuera y veloz paseaba su voltaje entre los átomos de aire. Pobre.


Al cubrir que es el morir lo volcamos al pie del mástil no podíamos fijar el iris la pestaña
No era nadie en particular que la bruma se tragaba no era nadie un padre triste.
Triste. Triste como un padre muerto triste al pie de un mástil izando bandera triste.


Página Q



[arthur]

paralosalemanesesinclusobuenoquelaspalabrasseanalgo
largas, puescomosontardosdepensamiento,asídisponende
tiempoparareflexionar.

Qué poca honradez hay entre los escritores. Se hace patente
en la desvergüenza con que falsean sus citas de escritos
ajenos. Pasajes de mis obras los encuentro completamente
desfigurados (...).

Los franceses, incluidas las Academias, dan a la lengua
griega un trato ultratajante. Toman de ella palabras para
desfigurarlas: escribe, por ejemplo, etiologie, ésthétique
(...), o también Oedipe, Andromaque, etc.; es decir, escriben
las palabras griegas tal y como lo haría un gañán francés
que las hubiese oído pronunciar a otros. (...) Ver maltratada
la lengua griega a favor de una jerga tan repugnante como
es de suyo la francesa (este italiano echado a perder de la
manera más repugnante, con las largas y repulsivas sílabas
finales y el sonido nasal) es un espectáculo comparable al
que ofrece una araña de las Indias Occidentales cuando se
come un colibrí, o un sapo cuando engulle a una mariposa.

Qué poca honradez hay entre los escritores. Se hace patente
en la desvergüenza con que falsean sus citas de escritos
ajenos. Pasajes de mis obras los encuentro completamente
desfigurados (...).


Página S



pessoa


la belleza es griega. pero la concienca de que sea griega es chilena. nada es, todo se otrea.


Página T



paremia

pero ponte en mi lugar pero
es que ponte en mi lugar es
lo que te digo ponte en mi
lugar encuentras justo que
no se ponga en mi lugar y
me pida a mí solamente que
haga el esfuerzo de ponerme
en su lugar sin molestarse
siquiera en ponerse en mi
lugar y pedir y pedir y pedir
que sólo se pongan en su lugar
dios mío que lío quien fuera
blanco aunque fuese catalán.

Página AA




para qué

hablar de cómo llegó aquí
con una mano adelante
si no sabía comprar
para tirar la cadena me preguntaba
señora carmen esto
señora carmen esto otro
- no me digas señora!
fue que le dije
dime carmen
pero no "cam-men" como te sale.

me creerás que se hizo la ofendida.


Página AC



aleya de marta ferrusola

a verena stolcke


Atrás sólo el libro que cae a la atarjea
Dejando la oración a mitad del sumidero.

El pie llagado a partir del paso
No quiere camino ni posada sólo coz.

Y aquí donde le ven persigna su piel seca
O hace reír a los ácaros que le acompasan.

De reojo sube al carro que lo arrea
Al galpón que junta a los que cesan.

No supura sólo quiere descansar la sed
Abatirse descoserse pronto lo que sueña

: Que vaga en El ejido pidiendo una llamada
: Que le queman en la calle su versículo

Un oso sintético lo abraza
Una venda tapa la sutura

Alguien reparte unas frazadas

Alguien revuelve un jugo en polvo.

¿Quisieran agregar ahora que se ha muerto?

(Pueden agregar ahora
que se ha muerto).


Página AG




prácticamente

a esta china hay que subtitularla:


- y que Jano fue al Madona
(don Alejandro fue al McDonal's)


- ligerito dan Media Culpa
(en unos momentos la televisión transmitirá el programa "Mea Culpa")


- le tengo listas las tercianas
(acabo de finalizar la limpieza de las persianas)


- el caballero es un cerdo a la izquierda
(mi marido es un inútil)


- con el mínimo que dá ni pallá ni pacá
(con el sueldo que le pago no le alcanza para enviarle dinero a su familia ni para vivir aquí).


Página AH




un perla



de cuidado te responde "así se habla" cuando lo insultas.
pone caras cuando le relatas la muerte de tu madre y escupe
el suelo que lustraste. dice haber leído los libros que te
hurtaron y anticipa la muerte de tu perro después de una
larga enfermedad. se ufana que intercede por ti que no deja
de interceder por ti que nunca dejará de interceder por ti
para que no te den doble carga laboral. y escribe un oficio
donde te acusa de perder el tiempo organizando "campañas
del sobre" fraudulentas. te invita un café para aclarar que
confundió la z de tu nombre y que acusó al equivocado.
jura que enmendará el error que hará justicia que quiere
suicidarse. poco después rompe en risa entre tus pares
detallando tu cara con su broma "espontánea". te pide
tiempo. y no deja de hablar de las distintas concepciones
del tiempo. y de llamarse hernán soruco cardemil.


Página AU





una de allá



te citará a reuniones inútiles para inscribirse en tu agenda.
para inscribirse en las agendas de tus pocos amigos. para
inscribirse en la agenda de todos a los que pueda medrar
protagonismo. dirá que el sur es lento. que no conocen
a kitano que no leen a yehuda amijai que no hay un persa bío-
bío. llamará para pedirte teléfonos, nunca cejará de pedirte
teléfonos. postulará te ganará te olvidará. conseguirá por tus
amigos una patente de alcoholes. un local central. venderá
restaurará comida tailandesa. contratará en negro. saldrá
en el diario local regional nacional junto a Perla de Cuidado.
dirá que la ciudad es lenta. que las ferreterías se encarecen
que la plaza se llena de farmacias que no se apoya a la
microempresa. particularmente a la restauración exótica.
porque no hay nada que comer porque los aguacates llegan
blandos porque venden humitas en la calle. que no aguanta.
que feliz un mes en el verano y después de vuelta de donde
nunca debió salir. y no se va. aún medra más. tiene muchos
empleados. se abrió al rubro de la lencería zapatería y
abarrotes. se hizo socia de casas de remates. arma y desarma auspicia.
quiere una parcela. quiere un loteo. quiere "algo" frente al río. reclama
que no la invitan. que está aburrida. que está escuálido el cóctel. que
quiere elegir autoridad.


Página AV




una liante


de temer. loca de las carteras. de la ubicuidad lupita ferrer. prepara
consomés. condumios necessaire. se sobremaquilla gritando. se sobreafecta
planteando. se sobresale informando. reprueba el examen de socialité. pero
lame lo que tiene que lamer. busca palco. peor: es una trepa de temer.
sus tonos son altos sus tacos son altos. vocea por nada irrumpe por todo.
se codea. se cuela. se pone. se ofrece para organizar para segregar para
reaparecer para reestructurar para patrocinar. denle poder.

Página AZ





porque


quien ama paga quien llora bala
y sola sana y sabe.

porque quien cava pena quien pasa sea
brea amnio apena.

porque quien levita lame quien daña cala
sale raspa caldea.

porque quie huye atrapa quien posa afea
pierna piel presea.

porque quien veda evade quien cela rala
cruz cubil cadera.

porque quien soba miente quien escupe mea
mosto mies marea.

porque quien roza queda quien cierra amarra.


Página BI




nnn


En efecto amigos míos, la cabeza es aquella parte de nuestro ser con la cual sabemos que estamos tristes (Carlos Droguett)



(No se teme
al sarro
al barro
ni al hedor de la tetera.

Ni que se pudra
el semen en el bañador.

Y se puede invitar a los amigos
A cerrar

Por fin
Por fuera).


Página BL




cuando


al fin pude despertar/ tenía en el borde
de la cama a esa chica que no
saludé en el bar para no meterme en problemas con
mi parche de rencor

lucía shorts/ y el pelo rizado cayendo sobre su cara.
traía un vaso de yogurt y un trozo de durazno sin piel imperfecciones en una
vasija con dálmatas pintados
el reloj estaba apagado y por el viento podían ser perfecamente
las 7 de la tarde.


estaba avergonzado/ pegado desde la boca hasta la uretra
por esa faja engomada que niega el beso de la tetilla plana


el cuarto olía a bestias y se esparcía kilos de ropa muerta.
no puedo creer que estés aquí
no hagas esto por mi derrota- balbuceé
puedo pararme y recolectar maqui y manzanas allá afuera y contarte algunos
viajes de ida y vuelta hacia el averno
(en el borde de la cama ella era un pozo verde una cascada)


-aún puedo freír un huevo.


ella pasó un paño húmedo por mis mejillas y desprendió manchas
que guardaba hace varios meses y que formaban una costra débil
en perpetuo ensanchamiento


estás sano-susurró
quédate a esperar que pase el viento quédate a cicatrizar mis bronquios
sólo
quédate a mirar fijo el revés
de esta hoja inmóvil
-contesté
cuando al fin pude despertar/ tenía en el borde de la cama a esa chica del
bar
que no saludé/ que cerraba una ventana que se desvanecía
ahora
me anudo solo el corazón de los zapatos.


Página BO




de pesar, pesa


de pesar, pesa/ bagatela o roca cursi/ espesa.
de rozar, roza/ ara/ arnea/ retoza
de colar, cuela/ falacia o impostura/ canturrea
de parar, para/ defensa o delantero, encara

de escribir.


Página BS




Alto Volta (1998-2005)
Yanko González
Ed. Kultrún, 2008
BS Páginas

sábado, 1 de agosto de 2009

Mucho más que otra suicida y una cara bonita








María Teresa de las Mercedes Wilms Montt ( Viña del Mar-Chile, 8 de septiembre de 1893 - París, 24 de diciembre de 1921)





http://es.wikipedia.org/wiki/Teresa_Wilms_Montt
























Inquietudes sentimentales, 1917



Al ofrecer estas páginas al lector, no he pretendido hacer literatura. Ha sido mi única intención la de dar salida a un torrente largamente contenido que anega las vecindades necesarias para su esparcimiento.


Escribo como pudiera reír o llorar, y estas líneas encierran todo lo espontáneo y sincero de mi alma.


Allá van ellas sin pedir benevolencias ni comentarios: van con la misma naturalidad que vuela el pájaro, como se despeña el arroyo, como germina la planta.


Pág. 7






III

Un odoratísimo clavel se muere sangrando

En un corazón partido sobre un plato de Sévres.

Extraña sensación me causan sus pétalos diseminados;diríase labios prostituidos; frescas heridas de puñal.

Nada tengo, nada quiero; mi cabeza dolorida, enferma del extraño mal, se abandona sobre la mesa, pesada como block de mármol.


Pág. 10




V


Racha de viento helado apagó la lámpara; temblaron las puertas, se abombaron las cortinas; y en el cielo cruzó el relámpago con ruido de tormenta.


Con deleite aguardo a la hermana de mi espíritu que viene a desolar la tierra.


¡Tempestad! Pondré mi cabeza descubierta bajo la furia de tus rayos y me entregaré maravillada al ritmo de tus truenos. ¡Tempestad! Quiero ahogar en tu furor la soberbia del mío.


Pág. 11




IX


Los dioses, revestidos de sus túnicas olímpicas, han venido a visitarme. Todos conservan su majestad, todos menos el Amor, que se entretiene en hacer piruetas a la luz de la lámpara y en amenazar con sus flechas a una japonesa de papier maché, que marca una mancha oscura sobre el lecho.


El latido de las sombras es tan suave, como el aleteo de una mariposa ensoñada sobre la flor.


Pág. 13




XI


Las paredes destilan gotas de tinta roja, que resbalan hasta el tapiz, donde forman un charco escarlata.


Extrañas figuras de ojos estirados me tienden una flor de un solo pétalo; esos ojos oblicuos con el cinismo desafiante de las cuencas pintadas, me fascinan, arrastrándome al mundo esotérico de las imaginaciones enfermizas.


Para evitar los delirios, he descorrido las cortinas y las sombras que complotaban en mi contra se han escurrido solapadamente, como azogue, por las rendijas.


El sol se despide de mis ventanas vaciando sus reflejos moribundos en los cristales, y colorando de amarillo mi balcón.


Pág. 14





Otros cielos otras prisiones

Páginas de Diario de Buenos Aires e itinerario hasta Nueva York

(1917-1918)




XXXI


Los sombreros me causan la sensación de cabezas cortadas y momificadas,y aquellos de los cuales cuelgan bridas de colores, se me antojan cabezas arrancadas por una mano brutal, donde ha quedado adherida una vena sanguinolenta.


Nunca puedo ver un par de guantes sin imaginar que son piel de manos disecadas y, en aquellos de color amarillo, encuentro algo repugnante de lo que empieza a pudrirse.


Detesto las prendas de vestir olvidadas sobre la cama; hay entre ellas y los muertos mucha analogía.


Vi una vez en un asilo a una loca muerta; ¡y era lo mismo que ver a un trapo violáceo tirado dentro del ataúd!


Pág. 16





XLII


Si enmudeciera el globo terrestre y dejara de rodar por los espacios, la fuerza de mi dolor lo haría reanimarse, como se reanimaría el lago muerto, si desembocara en él un río.


Pág. 18




XLVI



Grieg ha resucitado bajo la caricia de unos dedos afilados.

El piano ha libertado de su casa una bandada de pájaros medrosos, que han ido a estrellarse en los cuadrados de las ventanas.


La alfombra se ha cubierto de flores enfermas, sembradas por una mano moribunda de venas muy azules; y alguien, que presiento y que no veo, va despidiéndose lentamente de la vida.


Se han esfumado de los espejos todas las almas que vivieron de amor, y en el atardecer reza llorando una mujer. Sus lágrimas se trizan, una a una, cayendo en una copa de cristal.


Tañe la campana del Ángelus desparramando por el mundo intenciones buenas y el fantasma de los abismos delira éxtasis.


Pág. 19






Todos los héroes de novela que vagaban confundidos por la sombra, ha vuelto a los estantes buscando las páginas de sus libros, como vuelven las ánimas al cementerio cuando apunta el día.


En la cabeza de la Nada se ha suicidado una idea.


Pág. 23




Abril, 6 (Bs. As. 1917)



Darling.


Los hombres, como los astros, tienen una ruta señalada y son perfectamente sabios los encuentros de éstos en el espacio, como el de dos almas en el mundo.




Buenos aires, jueves 13 de enero 1917


Viajar, he aquí el sueño de tantos burgueses panzudos. No saben que para estarse treinta días en el mar, hay que tener en la sangre infinito y ellos sólo tienen glóbulos rojos. Yo soy comadre del lucero del alba.


Pág. 27






Peregrinaje y finitud
Periplo: por España Buenos Aires Londres Liverpool Madrid Paris
(1918-1921)



Este es mi diario.

En sus páginas se esponja la ancha flor de la muerte diluyéndose en savia ultraterrena y abre el loto del amor, con la magia de una extraña pupila clara frente a los horizontes.


Es mi diario. Soy yo desconcertadamente desnuda, rebelde contra todo lo establecido, grande entre lo pequeño, pequeña ante el infinito...


Pág. 31





Madrid abril 1918


Dicen aquellos que no pueden penetrarme en mis risas y en mis llantos, que río por nerviosidad, que lloro por literatura.



mayo 1918

Y tú, Dios mío, por qué ese afán de penitencia, para qué me das sed, si no tengo agua.


Pág. 32




Alta mar


De tanta angustia que me roe, guardo un silencio que se unifica a la entraña del océano.


En la noche, cuando los hombres duermen, mis ojos haciendo tríptico con el farol del palo mayor, velan con el fervor de un lampadario ante la inmensidad del universo.


El austro sopla trayendo a los muertos cuyas sombras húmedas de sal acarician mi cabellera desordenada.


Agonizando vivo y el mar está a mis pies y el firmamento coronando mis sienes.


Pág. 35




Londres


Noche sin astros, sin cantos.


Extrañas letanías desgranan de sus bocas nebulosas los campanarios.


El spleen envuelto en sus harapos de humo, agoniza junto a las llamas de la chimenea.


Palabras de otro siglo en una lengua muerta musita el oído mi corazón, escarbando con su punta en forma de uña en las estopas de la almohada.


Los fantasmas de la historia trágica izan en la Torre de Londres su pabellón de ahorcados.


Pág. 38





Londres


Tras los cristales el alba alisa sus cabellos blancos.


Ella despierta.


Junto al espejo yo mezo los míos rubios.


Yo he dormido, he soñado sollozando.


Ella es eterna y yo triste y triste somos aquellos que no hemos nacido de los dioses.



Pág. 39






Liverpool


Amo lo que nunca fue creado, aquello que dejó Dios tras los telones del mundo.


Amo aquel hombre incompleto, de un solo ojo en la frente, cuyos reflejos son turbios reflejos de luna sobra aguas estancadas.


A ese hombre le quedó más fuerza en el cerebro.


Hay en él más arcilla en bruto, también un poco de perversidad del Divino.


Amo a aquel hombre que nunca fue y que me aguarda apoyado tras del bastidor Sabat.


Pág. 42





Madrid


Mi sangre diez veces noble, santa y estulta por los alambiques que ha cruzado, sufre ahora la transformación en un crisol sidéreo. Lo que nunca deseo, desea; lo que jamás extraño, extraña.


De noble, santa y estulta se ha vuelto fiera, histérica y grave. ¡Oh sangre mía que fuiste azul y hoy roja luces! Roja de infierno, de pecado, de revolución.


Este siglo está caduco, sangre mía.


¿Quieres que te vacíe sobre el seno de la tierra?



Pág. 46






Collage
Teresa Wilms Montt
Selección y prólogo: Ana María Moraga y Macarena Valenzuela
Ediciones Animita Cartonera, 2º edición 2009
49 Páginas

La Cartonerita- Washington Cucurto











La cartonerita

"Guárdate de los señalados de Dios..."

Roberto Arlt


De una cartonerita
yo me enamoré
la seguí cerquita
sin saber por qué
por Coronel Díaz
rumbo a Santa Fe.
¡Si era más linda
que un no sé qué!
Por Coronel Díaz
yendo a Santa Fe
juntando cartones,
papeles, pedazos
de viejos diarios,
botellitas, plásticos,
iba solita
toda pintadita
como una muñequita
entre las basuritas
iba silbando alegre
un tema de esos
la princesita-cartonerita.

Mas a las poquitas cuadras
me desilusioné:
la seguí diez cuadras
tratando de saber
su nombre de pila
o su roscifler
por Coronel Díaz
siguiendo sin querer
a una cartonerita
que no quiere saber
si soy alto, si soy rubio
o tengo algo algo que ver
con aquel estúpido
que la hizo entristecer.
¡Yo nada que ver!
¡Yo nada que ver!
¡Cartonerita yo te amo!
le grité en una esquina
¿sería la Santa Fe?
ni giró el hombro
siquiera para ver,
si soy alto, si soy rubio,
o si tengo algo que ver
con aquel imbécil
que la hizo entristecer.

A las siete en punto
yo me enamoré
y a las siete y cinco
me desilusioné.

De una cartonerita
sin saber por qué
yo me enamoré.


Págs. 5-7




Deslizador

Por las tards las niñas
suben a la explanada,
se arrojan desde lo alto del
deslizador y caen sus nalgas
sobre la arena húmeda,
corren hacia la explanada,
se arrojan desde lo alto del
deslizador y caen sus nalgas
sobre la arena húmeda,
corren hacia la explanada
se arrojan desde lo alto.

Pág. 9



Estaba yo leyendo a Enrique Lihn

Como ayer no viniste a mi cita
pensé que se te había retrasado el bondi,
como iba a pensar que ya no me querías.
Para no tirarme a mí mismo mala onda
me senté a leer a Enrique Lihn.
Te esperaba contento, muy feliz,
las tickis desfilaban para mí.
Y yo les decía: "No tickis queriditas
hoy abandono el tickimundo". Y las tickis, ¡pobres!,
se fueron desfilando en triste fila funeraria.
Después me arrepentí, ¡qué pelotudo!
Corrí a seguirlas para pedirles disculpas.
Pero ya se iban hacia otros mundos...
Ayer te esperé leyendo a Enrique Lihn
ese yeta, ese aguafiestas.
La tarde de Corrientes estaba hermosa
las librerías llenas de ofertas, los bares
llenos de chicas lindas, los puestos de diarios
con miles de revistas. Pero tus pasos no sentí
en el día, ni tus ojos buscaban a los míos.
Estaba leyendo a Enrique Lihn de lo mas tranqui,
esperándote, pero vos no llegabas.
Pensé: "Será el paro de bondis, el cacerolazo".
Qué iba a pensar que ya no me querías.

Pág. 12




Por una sonrisa transparente


Qué daría por una sonrisa transparente,
de esas ebullescentes, una ticki carcajada
sin dientes o con mil caries diferentes
Así es el mundo en que vivimos careciente
de sonrisas, de caballares margaritas...
Anoche soñé que me moría
y en el sueño del cielo de mi muerte
había una gran sonrisa dibujada por mi hija.

¡No puede ser, no tengo hija!

No me importa, era sin dudas, una sonrisa hermosa

tickesca, entre nubes, árboles y llaves,

se evaporaba en el cielo como un pucho

y en medio de la evaporación de la sonrisa

me iba yo muriendo un cacho mucho

y terminé tildando al despertar del todo.

Mas la sonrisa sigue, eternamente,

en el tickescocielo de mi sueño.





Pág. 18




Qué sería de mí sin tantas tickis

Qué sería de mí sin tantas tickis, sin
tantas negras de nombre estrafalario
para ponerle color a días pálidos
y darle claridad a negras albas.
De no haber inventado miles tickis
no sé que sería de mí en estos días,
y por eso son tantas aunque no existan.
Sombras, cáscaras, membranas,
la letra es extravagante por sí misma,
de nada vale mandale más rarezas.
Así voy por el presente de la vida
clareando un poco con mis negras,
riendo un poco con mis tickis;
y ellas me devuelven la alegría
y de igual modo yo se las devuelvo a ellas.


Pág. 19




Toalla


Mientras las leves nubes
de la lluvia,
depositan breves gotas
temblorosas,
estás secándote en el baño
y no escuchás el ruido
que hace el agua,
cuando la piel peluda
de la toalla, roza,
la piel mojada de tu cara.

Pág. 21



Una mañana con ladrones


Un par de días después del suceso de la bala
pasó un ladrón por casa haciendo muuu.
Yo estaba en la biblioteca municipal
leyendo a Manuel del Cabral
-¡Cómo me gusta Manuel del Cabral!,
sus locas historias protagonizadas por Toño,
Des-dén, sus poemas al ano me parecen
bestiales, y un poco extraños; bueno...
Pasaba el que les dije con una mano enflorecida
y en la otra, enguantada, llevaba un arma,
¡una pistola de esas que dan la hora!
La diabólica pistola también hacía muuu.
Ahora que lo pienso yo pensaba que te amaba
en este momento crucial de ser apuntado con
un caño, me acordé que te amo, te amo!,
pensaba que si sigo así te idolatro
algo muy parecido le debió pasar al firmamento,
porque todo el cielo se oscureció...
Pasan las chicas por la calle Honduras
van y vienen del súper de la otra cuadra:
ellas practican menesteres de extraña procedencia.
Van y vienen las vecinas blancas y membrudas
¡Y andan desnudas!, con arcos y flechas
echan más barullo que mil indios...
¡Voy perdiendo el juicio
de esta lindita mañanita juevesana!
Increíbles el desfile de bellezas, de linotipias,
de pernoctantes, ¡atigradas vampiresas!
por la comunal vereda hondureña.
Se evaporan por el aire o buscan productos raros,
en las altas góndolas de las latas.
Las letras del libro que estoy leyendo
me hace un torniquete en los brazos.
¿Me habrá ya disparado el delincuente?
Algo pasa en esta puta biblioteca
mi juventud saltó de mi cuerpo como un gato,
alguien libera a las flores del patio,
algo, son mil abejas asesinas,
las fichas de los lectores vuelan,
como cuchillos pinchantes con urgencia

Págs. 22-23




La Cartonerita
Washington Cucurto

Ediciones VOX, Buenos Aires, 2003
23 Páginas