jueves, 16 de septiembre de 2010

Ya tú sabes








José Antonio Ramos Sucre (1890-1930)


El mandarín


Yo había perdido la gracia del emperador de China.
No podía dirigirme a los ciudadanos sin advertirles de modo explícito mi degradación.
Un rival me acusó de haberme sustraído a la visita de mis padres cuando pulsaron el tímpano colocado a la puerta de mi audiencia.
Mis criados me negaron a los dos ancianos, caducos y desdentados, y los despidieron a palos.
Yo me prosterné a los pies del emperador cuando bajaba a su jardín por la escalera de granito. Recuperé el favor comparando su rostro al de la luna.
Me confió el debelamiento y el gobierno de un distrito lejano, en donde habían sobrevenido desórdenes. Aproveché la ocasión de probar mi fidelidad.
La miseria había soliviantado a los nativos. Agonizaban de hambre en compañía de sus perros furiosos. Las mujeres abandonaban sus criaturas a unos cerdos horripilantes. No era posible roturar el suelo sin provocar la salida y la difusión de miasmas pestilentes. Aquellos seres lloraban en el nacimiento de un hijo y ahorraban escrupulosamente para comprarse un ataúd.
Yo restablecí la paz descabezando a los hombres y vendiendo sus cráneos para amuletos. Mis soldados cortaron después las manos de las mujeres.
El emperador me honró con su visita, me subió algunos grados en su privanza y me prometió la perdición de mis émulos.
Sonrió dichosamente al mirar los brazos de las mujeres convertidos en bastones.
Las hijas de mis rivales salieron a mendigar por los caminos.


(de Las formas del fuego)


Pp. 43-44.





Fernando Paz Castillo (1893-1981)

El muro (fragmentos)


Beauty is truth, truth beauty, that is all
Ye know on earth, and all ye need to know

J. Keats



I


Un muro en la tarde,
y en la hora
una línea blanca, indefinida
sobre el campo verde
y bajo el cielo.



IV


La vida es una constante
y hermosa destrucción:
vivir es hacer daño.



XI


Porque no hay muerte sino vida
del lado de allá del canto, del lado de allá del vuelo,
del lado de allá del tiempo.



(de Del otro lado del tiempo)

Pp. 45-51




Luz Machado (1916-1999)


Duermevela

Recordando a Melville

Moby Dick:
las mujeres te buscan
como la reina mala el misterio
de la belleza y la virginidad en el espejo.
Te quieren para sus costados
sin conocerte a ti ni al mar de donde emerges
como un gran pecho fabuloso.
Cuando las miro
pienso en tus reinos álgidos,
en las islas con flores como la desnudez,
en otras donde el sol se ahoga en un vino gris
o el hielo levanta ciudades solitarias,
mientras los navíos persiguen la luz apagada
en tus entrañas
y la ola se arroja desde su arco infatigable.
Te recuerdo en el mar de Melville,
libre en la inmensidad de la aventura.
Conmigo no está tu jarcia muerta.
Y mi piel madura lentamente por el rostro y la espalda
en el trance que dura lo mismo que tu fuente
devolviendo el bautizo del mar.
Te recuerdo en los cabellos grises del verano,
la ráfaga más pálida del otoño y las dunas
que se levanta ya desde mi frente.
Del milenio se acerca
tu gran alga de aceite
en un riesgo de sal y de blasfemia.
Y oigo pasar tu alcurnia de mar y de silencio
como un traje de raso azul que se arrastrara
entre la vasta luz de las constelaciones.


(de La casa por dentro)

Pp. 101-102




Arnaldo Acosta Bello (1927-1996)


Nada

Cierta melancolía, cierto humor
revueltos en la taza de café.
Esta mañana tiene sin embargo
flores. El potro salvaje encierra
el relincho en su propia nariz.
La piel se estira cuando la lluvia
o las moscas llegan con sus patas frías.

Dentro de mí no pasa nada.


(de Adiós al rey)

Pp. 123





Rafael Cadenas (1930)


Derrota

Yo que no he tenido nunca un oficio
que ante todo competidor me he sentido débil
que perdí los mejores títulos para la vida
que apenas llego a un sitio ya quiero irme (creyendo que mudarme es una solución)
que he sido negado anticipadamente y escarnecido por los más aptos
que me arrimo a las paredes para no caer del todo
que soy objeto de risa para mí mismo que creí
que mi padre era eterno
que he sido humillado por profesores de literatura
que un día pregunté en qué podía ayudar y la respuesta fue una risotada
que no podré nunca formar un hogar, ni ser brillante, ni triunfar en la vida
que he sido abandonado por muchas personas porque casi no hablo
que tengo vergüenza por actos que no he cometido
que poco me ha faltado para echar a correr por la calle
que he perdido un centro que nunca tuve
que me he vuelto el hazmerreír de mucha gente por vivir en el limbo
que no encontraré nunca quién me soporte
que fui preterido en aras de personas más miserables que yo
que seguiré toda la vida así y que el año entrante seré muchas veces más burlado en mi ridícula ambición
que estoy cansado de recibir consejos de otros más aletargados que yo («Ud. es muy quedado, avíspese, despierte»)
que nunca podré viajar a la India
que he recibido favores sin dar nada en cambio
que ando por la ciudad de un lado a otro como una pluma
que me dejo llevar por los otros
que no tengo personalidad ni quiero tenerla
que todo el día tapo mi rebelión
que no me he ido a las guerrillas
que no he hecho nada por mi pueblo
que no soy de las FALN y me desespero por todas estas cosas y por otras cuya enumeración sería interminable
que no puedo salir de mi prisión
que he sido dado de baja en todas partes por inútil
que en realidad no he podido casarme ni ir a París ni tener un día sereno
que me niego a reconocer los hechos
que siempre babeo sobre mi historia
que soy imbécil y más que imbécil de nacimiento
que perdí el hilo del discurso que se ejecutaba en mí y no he podido encontrarlo
que no lloro cuando siento deseos de hacerlo
que llego tarde a todo
que he sido arruinado por tantas marchas y contramarchas
que ansío la inmovilidad perfecta y la prisa impecable
que no soy lo que soy ni lo que no soy
que a pesar de todo tengo un orgullo satánico aunque a ciertas horas haya sido humilde hasta igualarme a las piedras
que he vivido quince años en el mismo círculo
que me creí predestinado para algo fuera de lo común y nada he logrado
que nunca usaré corbata
que no encuentro mi cuerpo
que he percibido por relámpagos mi falsedad y no he podido derribarme, barrer todo y crear de mi indolencia, mi
flotación, mi extravío una frescura nueva, y obstinadamente me suicido al alcance de la mano
me levantaré del suelo más ridículo todavía para seguir burlándome de los otros y de mí hasta el día del juicio final.


(de Derrota)

Pp. 131-133



Fracaso


Cuanto he tomado por victoria es sólo humo.
Fracaso, lenguaje del fondo, pista de otro espacio más exigente, difícil de entreleer es tu letra.
Cuando ponías tu marca en mi frente, jamás pensé en el mensaje que traías, más precioso que todos los triunfos.
Tu llameante rostro me ha perseguido y yo no supe que era para salvarme.
Por mi bien me has relegado a los rincones, me negaste fáciles éxitos, me has quitado salidas.
Era a mí a quien querías defender no otorgándome brillo.
De puro amor por mí has manejado el vacío que tantas noches me ha hecho hablar afiebrado a una ausente.
Por protegerme cediste el paso a otros, has hecho que una mujer prefiera a alguien más resuelto, me desplazaste de oficios suicidas.
Tú siempre has venido al quite.
Sí, tu cuerpo llagado, escupido, odioso, me ha recibido en mi más pura forma para entregarme a la nitidez del desierto.
Por locura te maldije, te he maltratado, blasfemé contra ti.
Tú no existes.
Has sido inventado por la delirante soberbia.
iCuánto te debo!
Me levantaste a un nuevo rango limpiándome con una esponja aspera, lanzándome a mi verdadero campo de batalla, cediéndome las armas que el triunfo abandona.
Me has conducido de la mano a la única agua que me refleja.
Por ti yo no conozco la angustia de representar un papel, mantenerme a la fuerza en un escalón, trepar con esfuerzos propios, reñir por jerarquías, inflarme hasta reventar.
Me has hecho humilde, silencioso y rebelde.
Yo no te canto por lo que eres, sino por lo que no me has dejado ser. Por no darme otra vida. Por haberme ceñido.
Me has brindado sólo desnudez.
Cierto que me enseñaste con dureza ¡y tú mismo traías el cauterio! pero también me diste la alegría de no temerte.
Gracias por quitarme espesor a cambio de una letra gruesa.
Gracias a ti que has privado de hinchazones.
Gracias por la riqueza a que me has obligado.
Gracias por construir con barro mi morada.
Gracias por apartarme.
Gracias.


(de Falsas maniobras)

Pp. 134-136




Eugenio Montejo (1938-2008)



Cementerio de Vaugirard

A Teófilo Tortolero


Los muertos que conmigo se fueron a París
vivían en el cementerio Vaugirard.
En el recodo de los fríos castaños
donde la nieve recoge las cartas
que el invierno ha lacrado,
recto lugar, gélidas tumbas, nadie, nadie
sabrá nunca leer sus epitafios.

Un alba en escarchas de mármol
y el helado aguaviento
soplando sobre amargas ráfagas,
Alba de Vaugirard, rincón donde la muerte
es una explosión interminable. Piedras, huesos, retama.
¿Quién oía el tintinear de sus pailas
a la sagrada hora del café
cuando son interminables sus chácharas?
¿Qué silencio tan hondo allí suplía
el cantar de uno solo de sus gallos?

Muertos de sol, de espacios, de sábanas,
muertos de estrellas, de pastos, de vacadas,
muertos bajo tierra a caballo.

Los muertos que conmigo se fueron a París
vivían en el cementerio Vaugirard,
estéril pabellón de graníticas tapias.
¿Qué queda allí de esa memoria
ahora que la última luz se ha embalsamado?
¿Qué recordarán sus camaradas
de sus voces, de sus humildes hábitos?

Alba de Vaugirard, niebla compacta,
amistad con que la luna clavetea las lápidas,
¿qué quedó allí de aquellos huéspedes
agradecidos de tanta posada?
¿Qué noticias envían ahora lejanos
a los caídos, a los vencidos, a los suicidas olvidados?

Un alba en escarchas de mármol
y el helado aguaviento
soplando sobre amargas ráfagas.
Oscuro lugar donde la muerte
es una explosión interminable
sobre recuerdos, átomos, retama.
¿Qué permanece de tanta memoria?
¿Quién llega ahora a oír sus chácharas
cuando la nieve recoge las cartas
que el invierno ha lacrado? Nadie, nadie
sabrá nunca leer sus epitafios.


(de Muerte y memoria)

Pp. 170-171




Miyó Vestrini (1938-1991)


Horario

¿Qué hiciste hoy?
Leí el periódico y no reconocí a ningún amigo.
Derretí la escarcha de la nevera para que la cerveza
enfriara mejor.
Me di un baño de espuma.
Sequé mi cabello.
No parece que hayas hecho tantas cosas.
Hago muchas cosas y nadie se da cuenta.
Puedo verme en el fondo de las ollas
y en el piso de la cocina.
Pero no saliste. Lo habías prometido.
Estuve en la parada.
Levanté la mano y nadie se detuvo.
Tampoco leíste el libro que te compré.
No tuve tiempo.
Nunca tienes tiempo.
Tú tampoco. Y no te molesto preguntando
¿qué hiciste hoy?
Imagino cómo pasan las horas en esta casa.
Pasan,
te lo aseguro,
pasan.

(de Valiente ciudadano)

Pp. 182-183




Gustavo Pereira (1940)


Dos que se encuentran en la calle

Dos que se encuentran en la calle dos que no saben
mentir dos que apenas
se ha encontrado
Dos que al verse comprenden que están amarrados uno al
otro sobre el mundo
o más allá
Dos que llevan colgadas en los ojos las ramas
de los sueños dos que al fin se han hallado
Dos que no tienen más voluntad que desgastarse sin
tregua como
dos nubes.

(de El interior de las sombras)

Pp. 185-186



Julio Miranda (1945-1996)


él quería escribir un poema perfecto
yo uno que matara de miedo de tristeza o de amor
ella quería escribir un poema como la vida

él se casó con ella
yo publiqué
ella se divorció

sin pretenderlo envejecimos

él murió de tristeza
ella de miedo
yo no morí de amor

(de Anotaciones de otoño)

Página 201


Hanni Ossott (1946-2003)

El estanque

Mi infancia es hoy un gran estanque
donde me miro
en su fondo verde liquen
piedras alcanzadas por el musgo
peces de rara y brillante especie.

Yo hundo allí mis manos
y agito las aguas
para alcanzar una sombra
siempre evanescente.

El estanque me devuelve el cielo, las nubes
cielo y tierra en él se besan
confluyen.

Yo dibujo allí una imagen, la sueño
mas no la alcanzo.

(de Casa de agua y de sombras)

Pp. 206-207


Márgara Russoto (1946)


Trabajo

escribo como una mujer
cerca de una ventana
como un hombre de lejos
se lava los brazos
y por las fisuras de una puerta
se injerta un naranjal
como si la historia fuese la sombra
de una liebre
golpeada
y su pulso
una tempestad que nadie escuchara.

(de Brasa)

Página 211



Yolanda Patin (1954)


Vitral de mujer sola

Se sabe de una mujer que está sola
porque camina como una mujer que está sola
se sabe que no espera a nadie
porque camina como una mujer que no espera a nadie
esto es
se mueve irregularmente y de vez en cuando se mira los zapatos
Se sabe de las mujeres que están solas
cuando tocan un botón por largo tiempo
Las mujeres solas no inspiran piedad
ni dan miedo
si alguien se cruza con ellas en mitad de la vereda
se aparta por miedo a ser contagiado
Las mujeres solas miran el paisaje
y se diría que son amantes
de las aceras/ de los entresuelos/ de las alcantarillas/ del subsuelo
de los subterfugios
Las mujeres solas están sobre la tierra al igual que sobre los árboles
les da igual porque para ellas es lo mismo
Las mujeres solas recitan parlamentos
estoy sola
y esto quiere decir que está con ella
para no decir que está con nadie
tanto se considera una mujer sola
Las mujeres solas hacen el amor amorosamente
algo les duele
y luego todo es más bien triste o colérico o simplemente amor
Estas mujeres se alumbran con linternas
van al detalle
saben donde se encuentra cada cosa
porque temen seguir perdiendo
y ya han perdido o ganado demasiado
Ellas no lo saben
porque van del llanto a la alegría
y a veces piensan en la muerte
También planean un largo viaje e imaginan encuentros posibles
Administran el dinero
compran legumbres
trabajan de 8 a 8
Si tienen hijos hacen de madres
son tiernas y delicadas
aunque muchas veces se alteren
un pensamiento recurrente es
ya no puedo ni un minuto más
Las mujeres solas tienen infinidad de miedos
terrores francamente nocturnos
los sueños de tales mujeres son
terremotos catástrofes sociales
Una mujer sola reconoce a otra mujer sola de forma inmediata
llevan el mismo cuello airado
lo cual no quiere decir que no quieran a nadie más que a sí mismas
esto es completamente falso
Lo cierto es que la casa de una mujer sola
está abierta a su antojo
Una mujer sola
no puede curar su soledad
porque nada está enfermo
se remedia lo curable
una gripe o un dolor de estómago
La mujer que piense que su soledad es curable
no es una mujer sola
es un estado transitivo entre dos soledades
infinitamente más peligrosas
Una mujer sola es una mujer acompañada
aunque de este hecho no se percate más que el zapato
al que mira con detenimiento
o el botón
que parece representar algo verdaderamente importante
como de hecho lo es
como los árboles o el cielo
sólo que el privilegio que deriva de semejante atención
es más bien propio de las almas temperadas al siguiente fuego:
id contigo
para estar con vosotros.

(de Correo del corazón)

Pp. 237-239


María Auxiliadora Álvarez (1956)



9

mamá es un animal negro
manso
extenso
huele
a aguas estancadas
cría
batracios dulces
en las encías
no come
no duerme
no ríe
es un espacio oscuro
que recorro con la lengua
y me sabe a semen
a sangre
a agua de renacuajo

mamá es un animal quieto
amarrado
hinchado
habitual
muerto



(de Cuerpo)

Pp. 244-245



mamá se fue
tarda muchos años debajo de su puerta
saliendo agua roja

papá la maldice

antes de irse mamá ya no hablaba
no abría los ojos
después cerró la puerta de su cuarto
y no quiso volver

detrás de la puerta nos llama a veces
y nos grita un cuento de una casa de dulce que se come
y llora largamente
y se ríe
y se oyen cosas que se quiebran
y mamá habla por ratos ronco como un hombre
como una noche lejos
y da golpes
y la oímos rasparse

en las paredes
y sale un río de mamá por debajo de la puerta
un río rojizo y triste que no se mueve


(de Caz(a))

Pp. 245-246


Beverly Pérez Rego (1957)



Sea breve la llama que nos une.
Sea finita nuestra distancia.
Que el orden que nos retiene
crezca en los filos de mi talón
hasta herir.

Es tanta la maldad del mundo,
tan imperdonables sus torpezas.
Seamos la excepción:
busquemos la belleza
del golpe certero,la agonía justa,
la fluida música
de una voz que se apaga
por siempre.

No, no detengas el fin.
Por esta vez, seamos libres,
y en la muerte ansiada
los dos hallaremos
noches distintas.


*


Algunos suelen decir que una mujer sola es, en realidad, una casa embrujada: generalmente, reposa en la cima de alguna apartada colina, y su adusta fachada se halla en franco contraste con los apacibles alrededores. Al acercársele, notará cómo ruines hiedras la circundan, y al reposar la cabeza sobre su vientre, en sus corredores, ruidos inhumanos regresan del pasado. De día, vive envuelta en engañoso silencio; al anochecer, mientras todos duermen, un espectro se asoma por su frente, retándole.

Sin embargo, al contrario de lo que dicta la prudencia, existen hombres prestos a abrir su puerta. Después de agotar todos sus rincones, se marchan, aturdidos, cuidándose de dejarla abierta, batiendo en la bruma cálida.

(de Libro de cetrería)

Pp. 254-255


Alicia Torres (1960)

Sacerdotisa

A veces juego con la idea de matarte
(después de todo,querido,
nadie es inocente)
y entonces pienso en sacerdotes antiguos
ataviados de oro y lino blanco,
incienso rumbo a los cielos,
la precisión de la obsidiana afilada
en noches de luna menguante,
un pecho descubierto,
la tensión rápida y certera
de una mano educada para el puñal,
el placer de los dioses,
la satisfacción del deber cumplido.
Y hay orden de nuevo en el mundo,
la lluvia se derrama por los campos,
el viento hincha las velas aqueas
y la tierra es fértil otra vez,
pero entonces tú te acercas, querido,
con los brazos abiertos
y yo sonrío culpable
besándote la garganta
las muñecas, la sien.
La vida, allí donde late vulnerable.

(de Fatal)


Pp. 268-269


Eduardo Castellanos (1961)


XVII

Aprendí el idioma interminable de tu cuerpo
sus ritmos breves y profundos
sus frases líquidas que penetraban en mi piel
sus acentos delgados
como tus dedos
sus húmedas vocales
que resbalaban en mi lengua

Aprendí a nombrar el mundo desde ti
a decir lluvia iluminada
llama tierna
bosque amable

Aprendí de tu cuerpo
a olvidar mi propio idioma


(de Refugio provisorio)

Pp. 280-281


Las palabras necesarias
Muestra antológica de poesía venezolana del siglo XX
Selección y prólogo Arturo Gutiérrez Plaza
Lom, Santiago, 2010, 311 pp.

martes, 13 de octubre de 2009

Raymond Carver







TU PERRO SE MUERE


lo atropella una furgoneta.
lo encuentras a la orilla de la carretera
y lo entierras.
te sientes mal.
te sientes mal por ti mismo,
pero te sientes peor por tu hija
porque era su mascota
y lo quería mucho.
solía canturrearle
y lo dejaba dormir en su cama.
escribes un poema sobre ello.
lo titulas un poema para tu hija
y trata del perro al que atropella una furgoneta,
de cómo te ocupaste de él,
lo llevaste al bosque
y lo enterraste hondo, muy hondo,
y el poema sale tan bien
que casi te alegras de que hayan atropellado
al pobre perro, si no, no habrías escrito
nunca ese poema.
entonces te sientas a escribir
un poema sobre la escritura de un poema
que trata de la muerte de ese perro,
pero mientras escribes oyes
a una mujer gritar
tu nombre, tu nombre de pila,
ambas sílabas,
y tu corazón se para.
dejas pasar un rato y vuelves a escribir.
ella grita de nuevo.
te preguntas cómo va a terminar esto.



Págs. 32-33







BANCARROTA

Ventiocho, un vientre velludo que sobresale
de la camiseta (insolvente)
aquí tumbado en mi lado
del colchón (insolvente)
escuchando el extraño sonido
de la voz de mi mujer (también insolvente).

Somos unos recién llegados
a estos pequeños placeres.
Perdonadme (le ruego al gobierno)
que no hayamos sido previsores.
Hoy, mi corazón, como la puerta delantera,
está abierto por primera vez desde hace meses.



Pág. 35





III
POR LA MAÑANA


Apretamos los labios contra el borde esmaltado de las tazas
e intuimos que esta grasa que flota
en el café logrará que el corazón se nos pare cualquier día.
Ojos y dedos se dejan caer sobre los cubiertos de plata
que no son de plata. Al otro lado de la ventana, las olas
golpean contra las paredes desconchadas de la vieja ciudad.
Tus manos se alzan del áspero mantel
como si fueran a hacer una profecía.Tus labios se estremecen...
Te diría que al diablo con el futuro.
Nuestro futuro yace en lo más profundo de la tarde.
Es una calle angosta por la que pasa un carro con un carretero,
el carretero nos mira y vacila,
luego menea la cabeza. Mientras tanto,
rompo indiferente el espléndido huevo de una gallina de raza Leghorn.

Tus ojos se nublan. Te vuelves para mirar el mar
tras la hilera de tejados. Ni las moscas se mueven.
rompo el otro huevo.
Seguramente nos hemos empequeñecido juntos.



Pág. 44





LOS SALMONES

Los salmones se mueven de noche
salen del río y entran en la ciudad.
Evitan las plazas con nombres
como Foster's Freeza, A & W, Smiley's,
pero nadan juntos por la zona
de las casas de la Wright Avenue donde a veces
en las primeras horas de la mañana
los oyes intentarlo con las perillas de las puertas
o tropezar con el cableado de la Cable TV.
Les esperamos levantados.
Dejamos abiertas las ventanas traseras
y nos avisamos al oír el primer chapoteo.
Cada mañana es una decepción.


Pág. 53




POEMA PARA HEMINGWAY Y W.C. WILLIAMS


3 gruesas truchas quietas
.........la poza inmóvil
bajo el nuevo
.........puente de acero.
dos amigos
.........suben lentamente
el sendero.
.........uno de ellos,
ex-peso pesado,
........lleva una vieja
gorra de caza.
........quiere matar,
es decir, pescar y comerse
........los peces.
el otro,
........médico,
sopesa las posibilidades
........de tal cosa.
cree que estaría bien
........que permanecieran
sin más ahí suspendidas
........para siempre
en el agua clara.
........los dos siguen caminando
pero ambos
........lo discuten mientras
desaparecen
........entre los árboles
los campos y la luz que oscurece
........aguas arriba.



Págs. 57-58





PARA SIEMPRE



A la deriva en una nube de humo,
sigo la raya que en el suelo del jardín deja un caracol
hasta el muro de piedra.
Solamente al final me acuclillo, veo

lo que hay que hacer y, de repente,
me adhiero a la piedra húmeda.
Empiezo a mirar lentamente alrededor
y a escuchar, utilizando para ello

mi cuerpo entero como el caracol
utiliza el suyo, relajado, pero alerta.
¡Atención! Esta noche es un hito
en mi vida. Después de esta noche,

¿cómo podré volver a mi
vida anterior? Mantengo los ojos fijos
en las estrellas, les hago señales
con mis antenas. Me sujeto bien
durante horas, descansando sin más.
Más tarde, la pena comienza
a gotear en mi corazón.
Recuerdo que mi padre está muerto,

y que me voy a ir pronto
de esta ciudad. Para siempre.
Adiós, hijo, dice mi padre.
Casi al amanecer, bajo

y vuelvo errabundo a casa.
Todavía están esperándome,
el espanto aletea en sus rostros
cuando se encuentran con mis nuevos ojos por primera vez.


Págs. 62-63




MIEDO


Miedo a ver un coche de la policía acercarse a mi puerta.
Miedo a dormirme por la noche.
Miedo a no dormirme.
Miedo al pasado resucitando.
Miedo al presente echando a volar.
Miedo al teléfono que suena en la quietud de la noche.
Miedo a las tormentas eléctricas.
¡Miedo a la limpiadora que tiene una mancha en la mejilla!
Miedo a los perros que me han dicho que no muerden.
Miedo a la ansiedad.
Miedo a tener que identificar el cuerpo de un amigo muerto.
Miedo a quedarme sin dinero.
Miedo a tener demasiado, aunque la gente no creerá esto.
Miedo a los perfiles psicológicos.
Miedo a llegar tarde y miedo a llegar antes que nadie.
Miedo a la letra de mis hijos en los sobres.
Miedo a que mueran antes que yo y me sienta culpable.
Miedo a tener que vivir con mi madre cuando ella sea vieja,
y yo también.
Miedo a la confusión.
Miedo a que este día acabe con una nota infeliz.
Miedo a llegar y encontrarme con que te has ido.
Miedo a no amar y miedo a no amar lo suficiente.
Miedo de que lo que yo amo resulte letal para los que amo.
Miedo a la muerte.
Miedo a vivir demasiado.
Miedo a la muerte.
........Ya he dicho eso.



Págs. 74-75





II
FELICIDAD



Tan temprano que casi está oscuro todavía.
Me acerco a la ventana con una taza de café
y el atasco de siempre a estas horas de la mañana
en la cabeza.
Veo entonces al chico y a su amigo
calle arriba
repartiendo el periódico.
Llevan gorras y sudaderas,
uno de ellos con una bolsa al hombro.
Son tan felices
que no se dicen nada, estos chicos.
Creo que si pudieran, se cogerían
del brazo.
Es temprano por la mañana
y están haciendo esto juntos.
Se acercan, despacio.
El cielo empieza a cubrirse de luz,
aunque todavía cuelga pálida la luna sobre el agua.
Tanta belleza que, durante un instante
la muerte o la ambición, incluso el amor,
no tienen cabida aquí.
Felicidad. Llega
de forma inesperada. Y sigue su camino, realmente.
Cualquier madrugada te lo dice.


Págs. 80-81




A MI HIJA

Todo lo que veo me sobrevivirá.

Anna Ajmátova





Es demasiado tarde para maldecirte, para desearte,
digamos, la fealdad, como Yeats hizo con su hija. Cuando
la vimos en Sligo vendiendo sus cuadros, había funcionado:
era la mujer más fea y más vieja de Irlanda.
Pero estaba a salvo.
Durante mucho tiempo no entendí
sus motivos. En cualquier caso, es demasiado tarde,
como digo. Ya eres mayor, y preciosa.
Eres una borracha preciosa, hija.
Pero una borracha. No puedo decir que se me parta
el corazón. No tengo corazón cuando se trata
de la bebida. Es triste, sí. Sólo Dios lo sabe.
Tu viejo amigo, ése al que llaman Silo, ha regresado
a la ciudad, y el alcohol ha vuelto a correr de nuevo.
Llevas tres días borracha, me dices,
cuando sabes jodidamente bien que la bebida es veneno
para nuestra familia.¿No te servimos de ejemplo
tu madre y yo? Dos personas
que se querían a golpes.
que acabaron a golpes con el amor que se tenían, vaciando vaso tras vaso,
maldiciones, desgracias, traiciones.
¡Debes estar loca! ¿No has tenido suficiente?
¿Quieres matarte? Puede que sea eso. A lo mejor
creo que te conozco y no te conozco.
No te estoy tomando el pelo, niña. ¿Quién te toma el pelo?
Hija, no debes beber.
Las últimas veces que nos vimos lo habías dejado.
El cuello escayolado y además
un dedo entablillado, gafas oscuras para ocultar
el moratón en el ojo. Un labio
que un hombre debería besar en vez de partir.
¡Oh, Dios, Dios, Dios!
Tienes que intentarlo ya.
¿Me oyes? ¡Despierta! Tienes que cortar con esto
y empezar de nuevo. Tienes que dejarlo por completo. Te lo estoy pidiendo.
Vale, sólo te lo digo. Mira, el destino de nuestra familia
es el despilfarro, no el ahorro. Pero puedes cambiar las cosas.
¡Debes hacerlo, no tienes más remedio!
Hija, no bebas.
Te matará. Como lo hizo con tu madre y conmigo.
Así.


Págs. 89-90






ENERGÍA


Anoche, en su casa, cerca de Blaine,
mi hija intentó explicarme lo mejor que pudo
qué había fallado
entre su madre y yo.
"Energía. La energía de ambos estaba mal encauzada".
Se parece a su madre
cuando su madre era joven.
Se ríe como ella.
Se aparta el flequillo
de la frente con un gesto como el de su madre.
Apura el cigarrillo
hasta el filtro en tres caladas,
igual que su madre. Creía
que la visita resultaría fácil. Me equivoqué.
Esto es duro, hermano. El pasado
se desborda por mi sueño cuando intento
dormir. Me despierto y me encuentro miles
de cigarrillos en el cenicero y todas
las luces de la casa encendidas. No pretendo
entender nada: hoy seré transportado
a tres mil millas de distancia hasta
los amantes brazos de otra mujer, no
de su madre. No. Ella está atrapada
en el engranaje de un nuevo amor.
Apago la última luz
y cierro la puerta.
Cuando nos movemos hacia cualquiera zona del pasado
se ponen en marcha las cadenas
y tira de nosotros, implacablemente.



Págs. 91-92





III
AL MENOS



Quiero levantarme temprano una vez más,
antes de que salga el sol. Antes que los pájaros, incluso.
Quiero echarme agua fría a la cara
y sentarme a mi mesa de trabajo
cuando el cielo empieza a iluminarse y aparece
el humo en las chimeneas
de las casas vecinas.
Quiero ver cómo rompen las olas entre las rocas, no sólo
oírlas como por la noche mientras duermo.
Quiero ver de nuevo los barcos
que llegan de cualquier parte del mundo
y cruzan el Estrecho,
los cargueros viejos y sucios que apenas se mueven,
los nuevos buques de carga
pintados de todos los colores bajo el sol
tan rápidos que cortan el agua a su paso.
No quiero perderlos de vista,
ni tampoco la pequeña barca que avanza
entre ellos
o la estación del práctico al lado del faro.
Quiero ver cómo bajan a un hombre del barco
y suben a otro a bordo.
Quiero pasarme el día viendo estas cosas
y sacar mis propias conclusiones.
Detesto parecer egoísta -tengo muchos
motivos para estar agradecido-
pero quiero levantarme temprano una vez más, al menos.
Acercarme a mi sitio con un café y esperar.
Sólo esperar a ver qué ocurre.


Págs. 100-101





TODA SU VIDA

Me acosté a dormir la siesta. Pero cada vez que cerraba los ojos.
pasaban lentamente cirros sobre el Estrecho
hacia Canadá. Y las olas. Rompían en la playa
y volvían de nuevo. Sabes que no suelo soñar.
Pero anoche soñé que estaba viendo
un entierro junto al mar. Al principio me asusté.
Luego me inundó la pena. Pero
me tocaste un brazo y dijiste: "No, está bien.
Ella era muy vieja y él la amó toda su vida".


Pág. 124





UNA TARDE

Mientras escribe, sin mirar el mar,
siente que la punta de la pluma se estremece.
La marea está subiendo hasta el guijarral.
Pero no es eso. No,
se debe a que en ese momento ella ha decidido
entrar en la habitación sin nada de ropa.
Adormecida, sin saber muy bien
dónde está. Se aparta el pelo de la frente
Se sienta en el tocador con los ojos cerrados,
la cabeza hacia abajo. Repantigada. La ve
a través del vano de la puerta. Puede
que ella se esté acordando de lo que ocurrió por la mañana.
Después, abre un ojo y le mira.
Y sonríe dulcemente.


Pág. 143




ESPERANZA


"Mi mujer -dijo Pinnegar- espera verme tirado como un perro cuando me deje. Es su última esperanza".

D.H.LAWRENCE,
"Jimmy and the Desperate Woman"



Me dejó el coche y doscientos
dólares. Dijo, Hasta siempre, cariño.
Que te sea leve. Eso
tras veinte años de matrimonio.
Ella sabe, o cree que sabe,
que gastaré la pasta
en un día o dos, y que finalmente
estrellaré el coche- que estaba
a mi nombre y necesitaba reparación, de todos modos.
Cuando salí de casa, ella y su novio
estaban cambiando la cerradura
de la puerta delantera. Me saludaron.
Les devolví el saludo para que se dieran cuenta
de que no le daba importancia
alguna. Luego pisé a fondo
hasta la frontera del estado. Estaba lleno de ira.
Ella tenía razón al pensarlo.
Me uní a los perros y
nos hicimos buenos amigos.
Pero salí adelante. Un largo
camino sin volver la vista.
Dejé a los perros, mis amigos, atrás.
Sin embargo, cuando asomé
la cabeza otra vez por aquella casa,
meses o años después, conduciendo
otro coche, ella se puso a llorar
cuando me vio en la puerta.
Sobrio. Vestido con una camisa limpia,
pantalones y botas. Su última esperanza
no se había cumplido.
Y no tenía ningún otro motivo
para la esperanza.


Págs. 160-161





LA PEQUEÑA HABITACIÓN


Era un buen ajuste de cuentas.
Palabras arrojadas como piedras contra las ventanas.
Ella gritaba y gritaba, como el ángel del juicio final.

Entonces apareció el sol de repente adensando
el cielo de la mañana.
En el silencio repentino, la pequeña habitación
resultaba extrañamente vacía mientras él le secaba las lágrimas.
Se parecía a todas las demás habitaciones pequeñas de la tierra
en las que la luz encuentra dificultades para entrar.

Habitaciones en las que la gente se grita y se hiere.
Y luego siente pena, y soledad.
Incertidumbre. La necesidad de amparo.


Pág. 176





DULCE LUZ


Tras el invierno, torpe y afligido,
florecí con la primavera. Una dulce luz

me colmó el pecho. Sacaba
una silla. Me sentaba durante horas frente al mar.

Escuchaba las balizas y aprendí
a expresar la diferencia entre una campana

y el sonido de una campana. Quería
todo lo que estaba a mi lado. Incluso quería

dejar de ser una persona. Y lo logré.
Sé que lo hice (ella me trajo de vuelta).

Recuerdo aquella mañana en que cerré la caja
de la memoria y giré la llave.

Cerrada para siempre.
Nadie sabe lo que me ocurrió

aquí fuera, mar. Sólo tú y yo lo sabemos.
Por la noche, las nubes cubrieron la luna.

Por la mañana ya se habían ido. ¿Y aquella dulce luz
que dije antes? También se había ido.


Pág. 178



MI MUJER

Mi mujer ha desaparecido con toda su ropa.
Se dejó dos medias de nailon y
un cepillo del pelo que encontré detrás de la cama.
Me gustaría que te fijaras
a esas medias y a los pelos negros
entre las púas del cepillo.
Tiro las medias al cubo de la basura; el cepillo
me lo quedo para usarlo. Sólo la cama
resulta extraña, no sé qué hacer con ella.

Pág. 212




Raymond Carver
Todos nosotros
Traducción y prólogo Jaime Priede
Bartleby Editores, Madrid, 2006
260 pp.

viernes, 28 de agosto de 2009

Contra los poetas-Alejandro Zambra

A los veinte años ya acumulan experiencias importantes: han publicado poemas en revistas y antologías, han participado en talleres, han escrito artículos para anuarios escolares y quizá han concedido una o dos precoces entrevistas. Ya tienen listos sus primeros libros, que están a punto de aparecer en editoriales emergentes. Son libros muy malos, pero por ahora eso no importa. Sus poemas son largos y sentenciosos, abusan de los gerundios, de los signos de exclamación y de los puntos suspensivos. Leen a Vicente Huidobro, a Delmira Agustini y a Oliverio Girondo, pero sobre todo se leen los unos a los otros, en interminables sesiones sólo a veces amistosas.

A los veinticinco años ya han renegado de esos primeros poemas, que consideran lejanos pecados de juventud. Esperan encontrar pronto la madurez como poetas, que a ellos les importa mucho más que la madurez como personas. El segundo libro cumple con creces el objetivo: no es bueno, pero indudablemente es mejor que el primero. Dicen estar todavía buscando una voz propia y mientras tanto planean antologías que incluyen a todo el grupo, pero nadie quiere escribir el prólogo, pues nadie desea correr el riesgo de convertirse en crítico literario.

A los treinta años ya han sufrido varios desengaños. Han sido incluidos en antologías nacionales y latinoamericanas, pero han sido excluidos de otras tantas publicaciones y les cuesta muchísimo aceptarlo. Por momentos escriben solamente para demostrar cuán arbitrarias han sido esas exclusiones. Han publicado, a esta altura, tres libros de poesía. Han fundado dos editoriales y cuatro revistas literarias. En sus reseñas biográficas se afirma que han participado en más de trece –en catorce– encuentros de poetas y que sus libros han sido parcialmente traducidos al italiano. En realidad les han traducido solamente un poema, pero da lo mismo: los han traducido, eso ya es mérito suficiente.

Recién a los treinta y cinco años comienzan a incomodarse cuando los presentan como poetas jóvenes. Ahora dictan talleres en los que aconsejan a sus alumnos que eviten los gerundios, que cuiden los adjetivos, que declaren la guerra a los puntos suspensivos y a los signos de exclamación. Les inculcan la suprema libertad creadora, pero les prohíben una lista bastante larga de palabras: vacío, angustia, desolación, desesperación, crepúsculo, ocaso, alma, espíritu, corazón, vagina. Les hablan de melopoeia, de fanopoeia y de logopoeia, pero se enredan un poco en la explicación. Se enamoran de poetas de dieciséis años y las comparan con Alejandra Pizarnik, pero nunca han visto una foto de Alejandra Pizarnik.

A los cuarenta años a nadie se le ocurre presentarlos como poetas jóvenes, pues sus caras y sus barrigas han cambiado de forma tal vez irreversible. Los poetas experimentan con mayor sufrimiento que el común de la gente la llamada crisis de los cuarenta. No decidieron ser poetas para tener cuarenta años. De ahora en adelante todo será decadencia. Se han vuelto inofensivos. Es más fácil incluirlos, pedirles prólogos, invitarlos a los recitales y aplaudirlos sin énfasis, respetuosamente. Son, en otras palabras, verdaderos fracasados.

Para que el fracaso se cumpla es necesario que reciban, de vez en cuando, señales equívocas. A los cincuenta, a los sesenta, a los setenta años los poetas ganarán dos o tres premios menores; tímidos estudiantes de pregrado y quizás alguna bella doctora norteamericana analizarán sus libros, que tal vez serán traducidos al francés, al alemán, al griego o al menos al argentino. Por lo demás, siempre habrá alguna editorial emergente interesada en rescatarlos del olvido.

Da lástima verlos junto al teléfono, esperando la noticia de un premio, de una pensión del gobierno, de un homenaje, de un viajecito al sur, lo que sea. Parecen niños asustados, y en el fondo eso son: niños asustados, adolescentes ya muy viejos para suicidarse. A veces algún reportero compasivo les pregunta para qué sirve la poesía en este mundo deshumanizado y consumista. Ellos suspiran y responden lo que han respondido siempre: que sólo la poesía salvará al mundo, que hay que buscar, en medio de la confusión, palabras verdaderas y aferrarse a ellas. Lo dicen sin fe, rutinariamente, pero tienen toda la razón.




A. Zambra
Publicado en Etiqueta Negra Nº 65 http://etiquetanegra.com.pe/

martes, 25 de agosto de 2009

Alejandra González: La enfermedad del dolor







Prescripción

Morir. Comenzar a estar fuera en vez de dentro. Cansada de todo el cansancio posible o toda la sobra del tiempo. Dibujar el sentimiento del dolor porque después de tanto tiempo, uno ya no siente y cree que las cosas siempre fueron así, pero de repente se sabe. Se duerme. Mi cama está llena de los restos de mi cuerpo. Caminante sin ningún espejo que sea capaz de conservar el más mínimo vestigio de recuerdo. Mi estómago se está saliendo y el calor me derrite todo tipo de amor. Yo no.

Pág. 9



Estómago I

A mi estómago lo cubren
todos los tipos de dolor

(el dolor es un tipo de piso)

Yo
los conozco
y sé
cuando alguien camina
sin zapatos
adentro de mi estómago


Página 10




Estómago II

Yo soy

un estómago despellejado
dividido
y olvidado

Apenas sostenido por una piel antigua
que nunca termina de morir


Página 11



Abierta


Abierta en una columna
llena de mil huesos enfermos
que la torturan

Abierta hasta el cansacio
como una puerta vieja
que se queja y que no duele

Abierta hasta vaciarse
entera de dolor

Secar cada órgano
desinfectar los labios
extraer todo lo que sangre

dejarme limpia

Abierta es mostrada
en los museos del mundo
y la gente se ríe

Página 13


Enfermedad de la tristeza

Nada más terrible que el silencio

Déjame gritar hasta arrancarme las partes
y no tener que sentir nada nuevo

Tengo la garganta convertida en un ojo
que llora todo el día

Página 22


Post- operatorio: la casa de las agujas

En esta caverna de huesos
acostumbro meter mis manos
a cualquier boca huérfano de dientes
caminando sin mis piernas
respirando pelo y roce de sábana mojada

ser mi propia amante

colar las palabras
que boto junto a los desperdicios de las uñas

En ésta

mi casa de agujas

con rejas en forma de zapatos
de platillas
de polietileno

el cordón de simetría me escupe en la cara
y quema en mi piel
mi título de dueña condenada a pedazo
a metamorfosis eterna
a parásito ignorante
del cuerpo que habita


Página 23



Tengo mi mitad en el juego del dolor


Sola

estoy sacando mis brazos taladrados fuera de esta cama
en una búsqueda ridícula por sabor de sol

Los tubos fluorescentes no han parado de sonar
y se mimetizan
con los murmullos del resto de las camas
rodeadas de familias
que han vuelto a quejarse
por este infierno de aire falso
que derrite los chocolates
entibia los lápices de cera
y las revistas

Uno a uno los dedos de mis manos juegan a tocarse
otra vez
rozándose en un baile sin destino

Nadie preguntará por mí
a la hora de visita

Página 28


Asfixia

No puedo respirar
y me pongo al revés para que las lágrimas me caigan por la frente

Abro los ojos
hasta que se me convierten en grietas
y la lengua se acuesta en el paladar

No puedo respirar

y tus manos en mi cuello
ya no funcionan

Página 35




Huella


Comienza a lastimarme
por favor
hazme
cortes exactos con tu gillete

Yo
No
Quiero

una vida sin cicatrices


Página 36




Mi pequeño amor muerto:

No vuelvas
a reencarnarte en otros cuerpos


Página 39



Que mi nombre no se haya dicho nunca

Reconstruir mi anonimato

no haber dejado costras
o trozos de mi líquido
guardados en alguna cama

Ni palabritas mías escritas en los cuadernos de nadie
No haber provocado ninguna sonrisa
Que no se me haya tenido ninguna ropa
ni conocido algún nivel de amor

Desaparecer así
como si no me hubiese nacido


Página 43



Soy un parásito obligado a vivir afuera tuyo


Y ahora que estoy vacía
ahora que es imposible sostenerme
y mantenerme latiente y respirante

tú te llevas todo mi contorno


Página 48



GLOSARIO

A

Abierta: Con cuchillos, con uñas, boca abierta. Manos abiertas se deslizan y palpan.

Amante: Al lado y abajo. Mano amante. La mía sin la tuya. La tuya.

Amor: Sombras. Sombras de fantasmas. Fantasmas mudos. Demasiadas palabras alrededor de
trozos de silencio. Labios. Negación de éstos.

Angustia: Cuatro paredes blancas. Hay también una ventana que no se puede abrir, iluminando
permanentemente una cama que observa, un techo que simula ser el piso de un bote./34 tablas.


Página 59



Antibióticos: Para curar una enfermedad debe inyectarse la misma enfermedad pero en dosis controladas. El propio cuerpo inteligente aumentará sus defensas y logrará acabar con ella./ Ya no hay más tristeza que tomar.

Asesinado: Víctima de una extracción de lengua involuntaria./ Mudo.


Página 60




B

Brazo: Venas, lugar de origen de cientos de cuevas de catéter. Largos. Delgados. Cubiertos de pequeños hematomas. Secos.


Página 61



C


Calor: Asco. Aire acondicionado. Evaporación de las lágrimas. Exterminio de la sensibilidad. Multiplicación de la infección. / Calor en exceso, la infección es derrotada y sus componentes mueren en el incendio. Calor explosivo y único. Frascos de calor en escenas guardadas que tengo. Yo debajo de tu piel. Lo agradable de todo esto.

Camuflaje: Desaparición. Anonimato./Todos somos tan felices.

Cansancio: Falta de aliento. Estos ojos entreabiertos. Este cuello que busca el suelo. Estas piernas que abusan del arrastre.

Página 62



Cicatrices: Proceso ulterior a la costra. Sonrisa eterna. Piel insensible a los gritos./ Recuerdo.

Columna: Base principal hecha de un silencio moldeable. Serpiente parasitaria e introducida en la espalda. Látigo. Espiral. Centro nervioso. Caída inevitable al destino asimétrico.

Contorno: Lo que rodea todo esto. Ese espacio concreto que separa unas cosas de las otras.
A ti de mí.

Página 63


D

Desinfectarme: Lavé las muñecas. Primero fueron desnudadas y reposaron una tarde entera en
una tina con cloro. Luego unté sus cabellos con shampoo y raspé sus cuerpos hasta borrar todo rasgo de mugre antigua. Fueron secadas cuidadosamente y ordenadas en su silla. Ahora ellas tienen un sabor y un color que nunca tendrán las pieles humanas./ Volverme limpia.


Dolor: De ubicación inexacta. Hay un grito continuo que o nace de la calle o de esta boca que lo va desgarrando todo, y todo se vuelve sólo ese desgarramiento y no importa cuándo empezó o si va a terminar porque se tiene la, eso sí, exacta sensación que nunca se ha ido y se vive adentro del desgarramiento y se aprende a sonreír con él. Y a dormir escuchando siempre el mismo murmullo que ya ni siquiera transita hacia los oídos.

Página 65


Dulce: Un labio sobre una mejilla. Mermelada de naranja en un pan de hoja de once. Todo en una bandeja encima del velador. Una vez nevó y fue necesario contarlo. Porque desde la cama no se alcanzaba a ver. Y la leche se enfrió mientras la nieve se transformaba en lluvia.

Página 66

E


Enferma (enfermedad): El proceso mismo de la insatisfacción: este llanto continuo y seco que abre surcos invisibles en el rostro. Que ondula los hombros y los deja convertidos en un par de cejas arqueadas. Que arranca los recuerdos del dentro y los deja colgando en un carrusel que rueda delante de los ojos. Al que ya no se es permitido subir./ La que comió la enfermedad y la lleva como una eterna ánima vagante sujetándose de las paredes del propio torrente sanguíneo.


Espaldas: Apoyos. Mesas donde se escriben cartas largas. Algunas con mala letra. Mantel sobre el que se come. Libreta./ Espalda curva. Ya no se puede escribir sobre ella, el proceso de atrofia impedirá la utilización y únicamente se podrá usar con fines abstractos: la instalación de éstas en algún museo de arte moderno, por ejemplo.

Página 67


Espejos: Ojos carentes de pupilas.


Esquizofrénicos: Hay un dragón con dos cabezas acostado a la orilla del río. Ha batallado dos siglos. Una cabeza ha sido la vencedora provocando que la otra se pudra, aún pegada irremediablemente al cuerpo. La sobreviviente intenta levantar sus ojos y observar la bahía que se presume en la otra orilla. Se ve todo esto. Todo el tiempo se tiene la seguridad de estar en la cabeza muerta, en la latiente y en la orilla. También se sabe que el cuerpo de uno es de río.


Estómago:Otro tipo de piso o de dolor. Una bolsa gigante y enorme que intenta alimentarse y que nunca es satisfecha./ Hoyo negro en lugar de estómago. Metabolismos extraños que aniquilan todo.

Página 68



F

Fantasmas: Ausencia de corporalidad. Algunos recuerdos escapan de la cabeza en forma de fantasmas, otros consideran lo suficientemente tibio el hogar de origen y no intentan huir de ahí.


Página 69



G

Garganta: El amplificador natural del grito. Sellada. Dibujados al principio de ella un par de labios. Al final: el estómago. El grito sube y baja sin poder escapar. Raspada.


Grieta: Hay surcos invisibles. Las de este tipo no son exclusivas del rostro. En cualquier lugar. En cualquier lugar. En cualquier espacio compuesto de caminos. De río. Una vez abiertas sólo podrán ser rellenadas, o encima de ellas se podrá instalar un mueble. Jamás existirá la posibilidad de su absoluta y natural desaparición.

Página 70


H


Huérfana: La que no tiene. Porque alguna vez lo tuvo y desapareció (eso sí, para nunca más volver), o porque lo otro estuvo pero no hasta que ella naciera. La desligada. La perdida./ Los padres fueron arrancados por la propia mano. Orfandad por opción.

Huesos: Esos trozos de calcio petrificado formando estacas rodeadas de músculos. Ángulos agudos entrando en mis caderas./ Mis caderas.

Página 71


L


Lágrimas: Espesura de agua en una alfombra. Pedazos de vidrio pulido por las olas. Opaco. Llenos de agua fosilizada./ Llanto: dos lagos en tus cuencas vaciándose en una cascada que cae hasta mi cuello.

Página 73


M

Mentira: El puñal clavado en la carne blanca. Un puñal oxidado que provocará la infección./ Septicemia: envenenamiento a la sangre.

Página 74


Mudos: Íbamos por las calles durmiendo sobre el paso de nuestros pies. Y nuestros ojos estaban abiertos sólo porque no había párpados suficientes con qué cubrirlos. Llevábamos agua para regar los jardines que sembraríamos. Y unas sillas de madera en las que nos sentaríamos a esperar que creciera un árbol, que fuera capaz de decirlo todo, nacido de las semillas de nuestras lenguas.

Página 75



N


Niños: Los niños me han seguido. La luz sigue igual pero ahora tengo absolutamente claro que un gran incendio ha pasado por aquí. Lo sé. Quizás estuve ahí. En la humedad que se esconde tras todo lo reseco. Los niños son los hijos de la familia que vivía en la casa. No sé cómo lograron salvarse, pero me siguen con sus caras. No con sus cuerpos, sino con sus caras que son una misma. Sin emoción. Como un grupo de fantasmas que me acompaña.

No: Tu mano, peligrosamente expuesta al color de mi agua. Rebotante, reposas en mi mejilla./ Manos sin uñas: silenciosamente intento añadirme a tu cuerpo y me resbalo.

Página 77


O


Oídos: Hay dos caracoles pegados a mis sienes. Por ninguno de ellos se puede oír el mar.


Ojos: Aberturas continentes de las lágrimas. Desiertos de las mismas. Exclamación. Comienzo de la interrogación. Término del ahogo./ Cerrados: la coloración de cientos de figuras bajando o subiendo. Dedos sobre los párpados provocan el verde.

Página 78


P

Petróleo: Acumulación de lágrimas, sedimentos que se adhieren al envase y que son combustibles./ Entrar a esa huella alrededor de los ojos. Observar el fuego.

Piernas: Prolongación de caderas. Pilares que pueden llevar a la simetría o al desequilibrio del resto del cuerpo./ Esculturas alrededor de un cuello. Sobre algo. Alrededor de algo. Collares

Página 80


Post- operatorio: El mareo. La falta de aire. La respiración entrecortada. Ojos que observan la readaptación al propio cuerpo. La nueva ruina del caminar./ Abastecer. Dejar de ser abastecida. La irrupción como un accidente previsto con anterioridad.

Página 81


S


Sangre: La secreción roja. El esmalte de las uñas. Lo ajeno que se hace interno. La sobrevivencia a partir de la rutinaria opción de mantener esta corriente en su lugar. De abastecerla./ Esta piel. Estas palabras tatuadas.


Página 85


Sueño: Aparición de la conciencia en el jardín de al lado.

Página 86


T

Transpirar: Este olor a tu ausencia convertir en agua que se cristaliza encima de los poros, convirtiendo todo en una capa de escarcha donde se refleja tu rostro.

Tristeza: Una cabeza vacía como la plaza de armas.Hacer entrar este aire. Dejar que salga. Acompañarme de los pasos. Del peso de mis órganos llenando una bolsa de piel. Alimentar palomas en la plaza de aquí adentro. Sentarme en un banco verde rayado con cortaplumas. Asistir a la tarde en una fuente de agua seca.

Página 88


U

Uñas: Acumulación de células muertas. Algunas pintadas y bien decoradas. Otras como habitaciones en desuso, descascaradas y sucias./ Ganchos, llaves, nombres para escribir en pieles.

Página 89



Z


Zapatos: Final del cuerpo. Donde termina todo esto.


Página 91



La enfermedad del dolor
Alejandra González
Ed. del Temple, Santiago, 2003
91 Páginas

sábado, 22 de agosto de 2009

En lo más implacable de la noche- Idea Vilariño







COMPARACIÓN


Como en la playa virgen
dobla el viento
el leve junco verde
que dibuja
un delicado círculo en la arena
así en mí
tu recuerdo.


Página 29





ESTOY AQUÍ


Estoy aquí
en el mundo
en un lugar del mundo
esperando
esperando.
Ven
o no vengas
yo
me estoy aquí
esperando.


Página 30





EL TESTIGO

Yo no te pido nada
yo no te acepto nada.
Alcanza con que estés
en el mundo
con que sepas que estoy
en el mundo
con que seas
me seas
testigo juez y dios.
Si no
para qué todo.


Página 31





YO QUISIERA


Yo quisiera llorando
decírtelo
mostrarte
decirte destrucción
y que tú me entendieras
o decirte se fue
el verano se fue
o decirte
no te amo
y que tú me entendieras.

Página 34






CARTA I


Como ando por la casa
diciéndote querido
con fervorosa voz
con desesperación
de que pobre palabra
no alcance a acariciarte
a sacrificar algo
a dar por ti la vida
querido
a convocarte
a hacer algo por esto
por este amor inválido.
Y cierro las ventanas diciéndote
querido
querido y no me importa
que estés en otra cosa
y que ya no te acuerdes.
Yo me estoy detenida
en tu mirar aquel
en tu mirada aquella
en nuestro amor mirándonos
y voy enajenada por la casa
apagando las luces
guardando los vestidos
pensando en ti
mirándote
sin dejarte caer
anhelándote
amándote
diciéndote querido.


Página 35




TE ESTOY LLAMANDO

Amor
desde la sombra
desde el dolor
amor
te estoy llamando
desde el pozo asfixiante del recuerdo
sin nada que me sirva ni te espere.
Te estoy llamando
amor
como al destino
como al sueño
a la paz
te estoy llamando
con la voz
con el cuerpo
con la vida
con todo lo que tengo
y que no tengo
con desesperación
con sed
con llanto
como si fueras aire
y yo me ahogara
como si fueras luz
y me muriera.
Desde una noche ciega
desde olvido
desde horas cerradas
en lo solo
sin lágrimas ni amor
te estoy llamando
como a la muerte
amor
como a la muerte.


Págs. 36-37




CARTA III

Querido
no te olvides
de que te espero siempre
cada noche te espero
estoy aquí
no duermo
no hago nada sino eso
te espero
te espero
Da la una.
Cierro entonces la puerta
el amor
la esperanza
y en la sombra
en la noche
con los ojos desiertos
miro sin ver
sin quejas
sin pena
la pared.
Duramente la miro
hasta que viene el sueño.

Página 38




SEIS

Entonces
todo se vino
y cuando vino
y
me quedé inmóvil
lo dejaste saltar
quejándote seis veces.
Seis.
Y no sabés qué hermoso.


Página 43



LA PIEL


Tu contacto
tu piel
suave fuerte tendida
dando dicha
apegada
al amor a lo tibio.
Pálida por la frente
sobre los huesos fina
triste en las sienes
fuerte en las piernas
blanda en las mejillas
y vibrante
caliente
llena de fuegos
viva
con una vida ávida de traspasarse
tierna
rendidamente íntima
Así era tu piel
lo que tomé
que diste.

Página 45




ENTONCES SOY LOS PINOS


Entonces soy los pinos
soy la arena caliente
soy una brisa suave
un pájaro liviano delirando en el aire
o soy la mar golpeando de noche
soy la noche.
Entonces no soy nadie.


Página 50




LA CASA EL MAR LA TIERRA


La casa
el mar
la tierra
y ese sol para siempre.
La casa
el mar
la tierra
y ese sol al fin nova.


Página 51





QUIÉNES SOMOS


Quiénes somos
qué pasa
qué extraña historia es esta
por qué la soportamos
si es a nuestra costa
por qué nos soportamos
por qué hacemos el juego.


Página 54




LLUEVE A CÁNTAROS


Llueve a cántaros
llueve
tantos años
que llueve
que en la habitación triste
sin luz
escucho
miro.


Página 55





POR AHORA

Por ahora
en lo oscuro
como un perro despierto.
Por ahora.
Después
igual
sin mí
seguirá hacia su fin
la larga historia.

Página 59




UNA VEZ

Soy mi padre y mi madre
soy mis hijos
y soy el mundo
soy la vida
y no soy nada
nadie
un pedazo animado
una visita
que no estuvo
que no estará después.
Estoy estando ahora
casi no sé más nada
como una vez estaban
otras cosas que fueron
como un ciclo lejano
un mes
una semana
un día de verano
que otros días del mundo
disiparon.

Página 62





HASTA CUÁNDO


Hasta cuándo los gestos
las señas las palabras
la sabida comedia
la mascarada atroz
esta triste aventura
de ser cálido y fuerte
y andar entre las cosas
inanimadas frías
a cuyo estado un día
llegaremos sin duda.

Página 63




SI MURIERA ESTA NOCHE

Si muriera esta noche
si pudiera morir
si me muriera
si este coito feroz
interminable
peleado y sin clemencia
abrazo sin piedad
beso sin tregua
alcanzara su colmo y se aflojara
si ahora mismo
si ahora
entornando los ojos me muriera
sintiera que ya está
que ya el afán cesó
y la luz ya no fuera un haz de espadas
y el aire ya no fuera un haz de espadas
y el dolor de los otros y el amor y vivir
y todo ya no fuera un haz de espadas
y acabara conmigo
para mí
para siempre
y que ya no doliera
y que ya no doliera.

Página 69




EL MIEDO

Es amarillo afuera
ay dios
es amarillo
como un pájaro seco
hiriente y desplumado
como qué
doloroso.

Tiene miedo la tarde
tiene horror la mañana
el día que lastima
o se tiñe de estiércol
o se afila los dientes.

La noche hace una casa
negra pura y de todos.
La noche hace una casa
pero el terror golpea
y la llena de ojos.

Es amarillo afuera
ay dios
es amarillo
como un pájaro muerto
como una aguja de oro
de hielo
como un grito.
Es amarillo afuera.

Y adentro es amarillo.

Página 75





VOLVER

Quisiera estar en casa
entre mis libros
mi aire mis paredes mis ventanas
mis alfombras raídas
mis cortinas caducas
comer en la mesita de bronce
oír mi radio
dormir entre mis sábanas.
Quisiera estar dormida entre la tierra
no dormida
estar muerta y sin palabras
no estar muerta
no estar
eso quisiera
más que llegar a casa.
Más que llegar a casa
y ver mi lámpara
y mi cama y mi silla y mi ropero
con olor a mi ropa
y dormir bajo el peso conocido
de mis viejas frazadas.
Más que llegar a casa un día de estos
y dormir en mi cama.

Página 77





LA SOLEDAD

Esta limitación esta barrera
esta separación
esta soledad esta soledad la conciencia
la efímera gratuita cerrada
ensimismada conciencia
esta conciencia
existiendo nombrándose
fulgurante un instante
en la nada absoluta
en la noche absoluta
en el vacío.
Esta soledad
esta vanidad la conciencia
condenada
impotente
que termina en sí misma
que se acaba
enclaustrada en su luz
y que no obstante se alza
se envanece
se ciega
tapa el vacío con cortinas de humo
manotea ilusiones
y nunca toca nada
nunca conoce nada
nunca posee nada.
Esta ausencia distancia
este confinamiento
esta desesperada
esta vana infinita soledad
la conciencia.

Página 78





ME VOY A MORIR


Me voy a morir
me voy a morir
devoro la sombra
los lampos el último
filo de oro el último
rosa con amor
sabiendo
mirándolos
con el despaego
del que está de paso
sabiendo
viviendo
la muerte que pronto
me quitará los ojos
para verlo olfato
para respirarlo
me quitará a mí
a mí
de mi sitio.
Por eso lo miro
poniendo los ojos
la piel
el amor
la horrible tristeza
y ese desapego
porque estoy de paso.

Página 79



EN LA NOCHE DE LUNA

En medio de esta enorme noche blanca
entre pinares médanos y luna
-hoy llegaron los hombres a la luna-
frente al mar que otra vez acuesta su ola
formidable en la playa abandonada
-hay miedo en Almería dice el diario
no encontraron aún las bombas hache
caídas en su mar por accidente-
en el silencio blanco y estruendoso
de esta soledad plena y una y pura
-ochocientos vietcongs muertos anoche
hambre en la India hambre en el Brasil-
en la melancolía y la belleza
de la noche de luna entre los pinos
con la luna ocupada y el miedo en Almería
y la aldea arrasada y con el hambre.

Página 81



SÓLO PARA DECIRLO

Qué hijos de una tal por cual
qué bestias
cómo decirlo de otro modo
cómo
qué dedo acusador es suficiente
qué anatema
qué llanto
qué palabra que no sea un insulto
serviría
no para conmoverlos
ni para convencerlos
ni para detenerlos.
Sólo para decirlo.

Página 83




YA NO TENGO

Ya no tengo
no quiero
tener ya más preguntas.
Ya no tengo
no quiero
tener ya más respuestas.
Tendría que sentarme en un banquito
y esperar que termine.

Página 87




ESTÁ CLARO

Está claro que yo
un día de estos sea
una muda tierrita
un poco de basura
que no sea
pero cómo aceptar
que ellos míos
que su polvo de ellos
no la vez
que no la toque con un dedo suave
la roce con la punta de la lengua
que no sepa
no sepa.

Página 90




2003

Van los hijos de perra
por pobres de muerte
que muriéndose esperan
la granizada atroz
el rayo que no cesa.
Y nos los otros otros
por veces distraídos
por veces ocupados
lanzamos solo a veces
un insulto un gemido
un destello de pena
una arcada de odio
de asco
de vergüenza.

Página 103




En lo más implacable de la noche
Idea Vilariño
Ed. Colihue, Buenos Aires, 2003
105 páginas

jueves, 13 de agosto de 2009

Fragmentos de Alto Volta- Yanko González








que no quiere


"Que
no
quiere
morir
como
un
perro
nadie
quiere
morir
como
un
perro
todo
ser
humano
merece
no
morir
como
un
perro
ha
vivido
como
cerdo
y
no
quiere
morir
como
un
perro".


Página K




lo que engrana

lo que engrana le impulsa y lo voltea
un ojo se cae al blanco mientras los de abajo
corren hacia un juego nuevo.
él los ha visto todos: planifica:
el que te deja boca arriba
el que te vomita la boquera
el que te grita la membrana
el averno de los campesinos la cavidad de los ancianos.

veo a mi madre que se toma de los fierros y no alcanza
veo a mi padre que fuma rápido leyendo precauciones
mi hermano me asesta un golpe en el estómago muy fuerte
mientras lo mancho con un palo de algodón dulce.

la felicidad ja ja ja cantan el dúo
que posa en una silla voladora
que me dio tu amor// hoy quiero cantar
me paso largo rato pensando por qué no nos reímos
mejor a eso no me subo.
festín final de los felices.

ahora queremos una bicicleta
mi hermano una pistera yo una bici cross
hemos sudado flema para llegar al parque
lejos más lejos de Alto Volta
mi padre dijo no fue sencillo
y carga de vuelta un oso grande.


Página M




heribert barrera


hay muchas maneras de hacer infelices a los hombres. una de ellas es visitándolos.


Página P




gaston miron

algún día diré sí a mi nacimiento


Cuando izamos la bandera se nos ocurrió que azar sirve también para llegar
No decir que ésto acabab mal que a tus amigos se les ha caído el corazón
que no es verdadero eso de lo único verdadero: un jour j'aurai dit oui à ma naissance

Sabes cuando la izamos vimos a través (que ya es suficiente Québécois para llegar)
Detrás los mismos ríos de la misma amoratada amortajada con los ojos abajo realidad
Los párpados pisados y un alfabeto duro astillado para la lengua para entrar


Padre no quiso izar y arrancó un pedazo de su pierna para no salir para entrar
Dijo el sur lo que se ha de ablandar lo que se ha de caer lo que había que morir
Pero estaba afuera y veloz paseaba su voltaje entre los átomos de aire. Pobre.


Al cubrir que es el morir lo volcamos al pie del mástil no podíamos fijar el iris la pestaña
No era nadie en particular que la bruma se tragaba no era nadie un padre triste.
Triste. Triste como un padre muerto triste al pie de un mástil izando bandera triste.


Página Q



[arthur]

paralosalemanesesinclusobuenoquelaspalabrasseanalgo
largas, puescomosontardosdepensamiento,asídisponende
tiempoparareflexionar.

Qué poca honradez hay entre los escritores. Se hace patente
en la desvergüenza con que falsean sus citas de escritos
ajenos. Pasajes de mis obras los encuentro completamente
desfigurados (...).

Los franceses, incluidas las Academias, dan a la lengua
griega un trato ultratajante. Toman de ella palabras para
desfigurarlas: escribe, por ejemplo, etiologie, ésthétique
(...), o también Oedipe, Andromaque, etc.; es decir, escriben
las palabras griegas tal y como lo haría un gañán francés
que las hubiese oído pronunciar a otros. (...) Ver maltratada
la lengua griega a favor de una jerga tan repugnante como
es de suyo la francesa (este italiano echado a perder de la
manera más repugnante, con las largas y repulsivas sílabas
finales y el sonido nasal) es un espectáculo comparable al
que ofrece una araña de las Indias Occidentales cuando se
come un colibrí, o un sapo cuando engulle a una mariposa.

Qué poca honradez hay entre los escritores. Se hace patente
en la desvergüenza con que falsean sus citas de escritos
ajenos. Pasajes de mis obras los encuentro completamente
desfigurados (...).


Página S



pessoa


la belleza es griega. pero la concienca de que sea griega es chilena. nada es, todo se otrea.


Página T



paremia

pero ponte en mi lugar pero
es que ponte en mi lugar es
lo que te digo ponte en mi
lugar encuentras justo que
no se ponga en mi lugar y
me pida a mí solamente que
haga el esfuerzo de ponerme
en su lugar sin molestarse
siquiera en ponerse en mi
lugar y pedir y pedir y pedir
que sólo se pongan en su lugar
dios mío que lío quien fuera
blanco aunque fuese catalán.

Página AA




para qué

hablar de cómo llegó aquí
con una mano adelante
si no sabía comprar
para tirar la cadena me preguntaba
señora carmen esto
señora carmen esto otro
- no me digas señora!
fue que le dije
dime carmen
pero no "cam-men" como te sale.

me creerás que se hizo la ofendida.


Página AC



aleya de marta ferrusola

a verena stolcke


Atrás sólo el libro que cae a la atarjea
Dejando la oración a mitad del sumidero.

El pie llagado a partir del paso
No quiere camino ni posada sólo coz.

Y aquí donde le ven persigna su piel seca
O hace reír a los ácaros que le acompasan.

De reojo sube al carro que lo arrea
Al galpón que junta a los que cesan.

No supura sólo quiere descansar la sed
Abatirse descoserse pronto lo que sueña

: Que vaga en El ejido pidiendo una llamada
: Que le queman en la calle su versículo

Un oso sintético lo abraza
Una venda tapa la sutura

Alguien reparte unas frazadas

Alguien revuelve un jugo en polvo.

¿Quisieran agregar ahora que se ha muerto?

(Pueden agregar ahora
que se ha muerto).


Página AG




prácticamente

a esta china hay que subtitularla:


- y que Jano fue al Madona
(don Alejandro fue al McDonal's)


- ligerito dan Media Culpa
(en unos momentos la televisión transmitirá el programa "Mea Culpa")


- le tengo listas las tercianas
(acabo de finalizar la limpieza de las persianas)


- el caballero es un cerdo a la izquierda
(mi marido es un inútil)


- con el mínimo que dá ni pallá ni pacá
(con el sueldo que le pago no le alcanza para enviarle dinero a su familia ni para vivir aquí).


Página AH




un perla



de cuidado te responde "así se habla" cuando lo insultas.
pone caras cuando le relatas la muerte de tu madre y escupe
el suelo que lustraste. dice haber leído los libros que te
hurtaron y anticipa la muerte de tu perro después de una
larga enfermedad. se ufana que intercede por ti que no deja
de interceder por ti que nunca dejará de interceder por ti
para que no te den doble carga laboral. y escribe un oficio
donde te acusa de perder el tiempo organizando "campañas
del sobre" fraudulentas. te invita un café para aclarar que
confundió la z de tu nombre y que acusó al equivocado.
jura que enmendará el error que hará justicia que quiere
suicidarse. poco después rompe en risa entre tus pares
detallando tu cara con su broma "espontánea". te pide
tiempo. y no deja de hablar de las distintas concepciones
del tiempo. y de llamarse hernán soruco cardemil.


Página AU





una de allá



te citará a reuniones inútiles para inscribirse en tu agenda.
para inscribirse en las agendas de tus pocos amigos. para
inscribirse en la agenda de todos a los que pueda medrar
protagonismo. dirá que el sur es lento. que no conocen
a kitano que no leen a yehuda amijai que no hay un persa bío-
bío. llamará para pedirte teléfonos, nunca cejará de pedirte
teléfonos. postulará te ganará te olvidará. conseguirá por tus
amigos una patente de alcoholes. un local central. venderá
restaurará comida tailandesa. contratará en negro. saldrá
en el diario local regional nacional junto a Perla de Cuidado.
dirá que la ciudad es lenta. que las ferreterías se encarecen
que la plaza se llena de farmacias que no se apoya a la
microempresa. particularmente a la restauración exótica.
porque no hay nada que comer porque los aguacates llegan
blandos porque venden humitas en la calle. que no aguanta.
que feliz un mes en el verano y después de vuelta de donde
nunca debió salir. y no se va. aún medra más. tiene muchos
empleados. se abrió al rubro de la lencería zapatería y
abarrotes. se hizo socia de casas de remates. arma y desarma auspicia.
quiere una parcela. quiere un loteo. quiere "algo" frente al río. reclama
que no la invitan. que está aburrida. que está escuálido el cóctel. que
quiere elegir autoridad.


Página AV




una liante


de temer. loca de las carteras. de la ubicuidad lupita ferrer. prepara
consomés. condumios necessaire. se sobremaquilla gritando. se sobreafecta
planteando. se sobresale informando. reprueba el examen de socialité. pero
lame lo que tiene que lamer. busca palco. peor: es una trepa de temer.
sus tonos son altos sus tacos son altos. vocea por nada irrumpe por todo.
se codea. se cuela. se pone. se ofrece para organizar para segregar para
reaparecer para reestructurar para patrocinar. denle poder.

Página AZ





porque


quien ama paga quien llora bala
y sola sana y sabe.

porque quien cava pena quien pasa sea
brea amnio apena.

porque quien levita lame quien daña cala
sale raspa caldea.

porque quie huye atrapa quien posa afea
pierna piel presea.

porque quien veda evade quien cela rala
cruz cubil cadera.

porque quien soba miente quien escupe mea
mosto mies marea.

porque quien roza queda quien cierra amarra.


Página BI




nnn


En efecto amigos míos, la cabeza es aquella parte de nuestro ser con la cual sabemos que estamos tristes (Carlos Droguett)



(No se teme
al sarro
al barro
ni al hedor de la tetera.

Ni que se pudra
el semen en el bañador.

Y se puede invitar a los amigos
A cerrar

Por fin
Por fuera).


Página BL




cuando


al fin pude despertar/ tenía en el borde
de la cama a esa chica que no
saludé en el bar para no meterme en problemas con
mi parche de rencor

lucía shorts/ y el pelo rizado cayendo sobre su cara.
traía un vaso de yogurt y un trozo de durazno sin piel imperfecciones en una
vasija con dálmatas pintados
el reloj estaba apagado y por el viento podían ser perfecamente
las 7 de la tarde.


estaba avergonzado/ pegado desde la boca hasta la uretra
por esa faja engomada que niega el beso de la tetilla plana


el cuarto olía a bestias y se esparcía kilos de ropa muerta.
no puedo creer que estés aquí
no hagas esto por mi derrota- balbuceé
puedo pararme y recolectar maqui y manzanas allá afuera y contarte algunos
viajes de ida y vuelta hacia el averno
(en el borde de la cama ella era un pozo verde una cascada)


-aún puedo freír un huevo.


ella pasó un paño húmedo por mis mejillas y desprendió manchas
que guardaba hace varios meses y que formaban una costra débil
en perpetuo ensanchamiento


estás sano-susurró
quédate a esperar que pase el viento quédate a cicatrizar mis bronquios
sólo
quédate a mirar fijo el revés
de esta hoja inmóvil
-contesté
cuando al fin pude despertar/ tenía en el borde de la cama a esa chica del
bar
que no saludé/ que cerraba una ventana que se desvanecía
ahora
me anudo solo el corazón de los zapatos.


Página BO




de pesar, pesa


de pesar, pesa/ bagatela o roca cursi/ espesa.
de rozar, roza/ ara/ arnea/ retoza
de colar, cuela/ falacia o impostura/ canturrea
de parar, para/ defensa o delantero, encara

de escribir.


Página BS




Alto Volta (1998-2005)
Yanko González
Ed. Kultrún, 2008
BS Páginas

sábado, 1 de agosto de 2009

Mucho más que otra suicida y una cara bonita








María Teresa de las Mercedes Wilms Montt ( Viña del Mar-Chile, 8 de septiembre de 1893 - París, 24 de diciembre de 1921)





http://es.wikipedia.org/wiki/Teresa_Wilms_Montt
























Inquietudes sentimentales, 1917



Al ofrecer estas páginas al lector, no he pretendido hacer literatura. Ha sido mi única intención la de dar salida a un torrente largamente contenido que anega las vecindades necesarias para su esparcimiento.


Escribo como pudiera reír o llorar, y estas líneas encierran todo lo espontáneo y sincero de mi alma.


Allá van ellas sin pedir benevolencias ni comentarios: van con la misma naturalidad que vuela el pájaro, como se despeña el arroyo, como germina la planta.


Pág. 7






III

Un odoratísimo clavel se muere sangrando

En un corazón partido sobre un plato de Sévres.

Extraña sensación me causan sus pétalos diseminados;diríase labios prostituidos; frescas heridas de puñal.

Nada tengo, nada quiero; mi cabeza dolorida, enferma del extraño mal, se abandona sobre la mesa, pesada como block de mármol.


Pág. 10




V


Racha de viento helado apagó la lámpara; temblaron las puertas, se abombaron las cortinas; y en el cielo cruzó el relámpago con ruido de tormenta.


Con deleite aguardo a la hermana de mi espíritu que viene a desolar la tierra.


¡Tempestad! Pondré mi cabeza descubierta bajo la furia de tus rayos y me entregaré maravillada al ritmo de tus truenos. ¡Tempestad! Quiero ahogar en tu furor la soberbia del mío.


Pág. 11




IX


Los dioses, revestidos de sus túnicas olímpicas, han venido a visitarme. Todos conservan su majestad, todos menos el Amor, que se entretiene en hacer piruetas a la luz de la lámpara y en amenazar con sus flechas a una japonesa de papier maché, que marca una mancha oscura sobre el lecho.


El latido de las sombras es tan suave, como el aleteo de una mariposa ensoñada sobre la flor.


Pág. 13




XI


Las paredes destilan gotas de tinta roja, que resbalan hasta el tapiz, donde forman un charco escarlata.


Extrañas figuras de ojos estirados me tienden una flor de un solo pétalo; esos ojos oblicuos con el cinismo desafiante de las cuencas pintadas, me fascinan, arrastrándome al mundo esotérico de las imaginaciones enfermizas.


Para evitar los delirios, he descorrido las cortinas y las sombras que complotaban en mi contra se han escurrido solapadamente, como azogue, por las rendijas.


El sol se despide de mis ventanas vaciando sus reflejos moribundos en los cristales, y colorando de amarillo mi balcón.


Pág. 14





Otros cielos otras prisiones

Páginas de Diario de Buenos Aires e itinerario hasta Nueva York

(1917-1918)




XXXI


Los sombreros me causan la sensación de cabezas cortadas y momificadas,y aquellos de los cuales cuelgan bridas de colores, se me antojan cabezas arrancadas por una mano brutal, donde ha quedado adherida una vena sanguinolenta.


Nunca puedo ver un par de guantes sin imaginar que son piel de manos disecadas y, en aquellos de color amarillo, encuentro algo repugnante de lo que empieza a pudrirse.


Detesto las prendas de vestir olvidadas sobre la cama; hay entre ellas y los muertos mucha analogía.


Vi una vez en un asilo a una loca muerta; ¡y era lo mismo que ver a un trapo violáceo tirado dentro del ataúd!


Pág. 16





XLII


Si enmudeciera el globo terrestre y dejara de rodar por los espacios, la fuerza de mi dolor lo haría reanimarse, como se reanimaría el lago muerto, si desembocara en él un río.


Pág. 18




XLVI



Grieg ha resucitado bajo la caricia de unos dedos afilados.

El piano ha libertado de su casa una bandada de pájaros medrosos, que han ido a estrellarse en los cuadrados de las ventanas.


La alfombra se ha cubierto de flores enfermas, sembradas por una mano moribunda de venas muy azules; y alguien, que presiento y que no veo, va despidiéndose lentamente de la vida.


Se han esfumado de los espejos todas las almas que vivieron de amor, y en el atardecer reza llorando una mujer. Sus lágrimas se trizan, una a una, cayendo en una copa de cristal.


Tañe la campana del Ángelus desparramando por el mundo intenciones buenas y el fantasma de los abismos delira éxtasis.


Pág. 19






Todos los héroes de novela que vagaban confundidos por la sombra, ha vuelto a los estantes buscando las páginas de sus libros, como vuelven las ánimas al cementerio cuando apunta el día.


En la cabeza de la Nada se ha suicidado una idea.


Pág. 23




Abril, 6 (Bs. As. 1917)



Darling.


Los hombres, como los astros, tienen una ruta señalada y son perfectamente sabios los encuentros de éstos en el espacio, como el de dos almas en el mundo.




Buenos aires, jueves 13 de enero 1917


Viajar, he aquí el sueño de tantos burgueses panzudos. No saben que para estarse treinta días en el mar, hay que tener en la sangre infinito y ellos sólo tienen glóbulos rojos. Yo soy comadre del lucero del alba.


Pág. 27






Peregrinaje y finitud
Periplo: por España Buenos Aires Londres Liverpool Madrid Paris
(1918-1921)



Este es mi diario.

En sus páginas se esponja la ancha flor de la muerte diluyéndose en savia ultraterrena y abre el loto del amor, con la magia de una extraña pupila clara frente a los horizontes.


Es mi diario. Soy yo desconcertadamente desnuda, rebelde contra todo lo establecido, grande entre lo pequeño, pequeña ante el infinito...


Pág. 31





Madrid abril 1918


Dicen aquellos que no pueden penetrarme en mis risas y en mis llantos, que río por nerviosidad, que lloro por literatura.



mayo 1918

Y tú, Dios mío, por qué ese afán de penitencia, para qué me das sed, si no tengo agua.


Pág. 32




Alta mar


De tanta angustia que me roe, guardo un silencio que se unifica a la entraña del océano.


En la noche, cuando los hombres duermen, mis ojos haciendo tríptico con el farol del palo mayor, velan con el fervor de un lampadario ante la inmensidad del universo.


El austro sopla trayendo a los muertos cuyas sombras húmedas de sal acarician mi cabellera desordenada.


Agonizando vivo y el mar está a mis pies y el firmamento coronando mis sienes.


Pág. 35




Londres


Noche sin astros, sin cantos.


Extrañas letanías desgranan de sus bocas nebulosas los campanarios.


El spleen envuelto en sus harapos de humo, agoniza junto a las llamas de la chimenea.


Palabras de otro siglo en una lengua muerta musita el oído mi corazón, escarbando con su punta en forma de uña en las estopas de la almohada.


Los fantasmas de la historia trágica izan en la Torre de Londres su pabellón de ahorcados.


Pág. 38





Londres


Tras los cristales el alba alisa sus cabellos blancos.


Ella despierta.


Junto al espejo yo mezo los míos rubios.


Yo he dormido, he soñado sollozando.


Ella es eterna y yo triste y triste somos aquellos que no hemos nacido de los dioses.



Pág. 39






Liverpool


Amo lo que nunca fue creado, aquello que dejó Dios tras los telones del mundo.


Amo aquel hombre incompleto, de un solo ojo en la frente, cuyos reflejos son turbios reflejos de luna sobra aguas estancadas.


A ese hombre le quedó más fuerza en el cerebro.


Hay en él más arcilla en bruto, también un poco de perversidad del Divino.


Amo a aquel hombre que nunca fue y que me aguarda apoyado tras del bastidor Sabat.


Pág. 42





Madrid


Mi sangre diez veces noble, santa y estulta por los alambiques que ha cruzado, sufre ahora la transformación en un crisol sidéreo. Lo que nunca deseo, desea; lo que jamás extraño, extraña.


De noble, santa y estulta se ha vuelto fiera, histérica y grave. ¡Oh sangre mía que fuiste azul y hoy roja luces! Roja de infierno, de pecado, de revolución.


Este siglo está caduco, sangre mía.


¿Quieres que te vacíe sobre el seno de la tierra?



Pág. 46






Collage
Teresa Wilms Montt
Selección y prólogo: Ana María Moraga y Macarena Valenzuela
Ediciones Animita Cartonera, 2º edición 2009
49 Páginas